Hay frases que me impactan cuando leo la Biblia, y sabe por qué? porque me dejan entender lo que Dios entiende y en un solo segundo cambian el sentido de todo lo que creo y todo lo que hago en mi fe, pero no crea que un día creía blanco y el otro día creía gris, no, no es un cambio de entendimiento hace algo equívoco, sino es un cambio de entendimiento hacia la evolución cuando nos damos cuenta que lo que creíamos era tan pequeño que podría no haber tenido sentido y de pronto se evoluciona a una verdad que no deja de crecer.
Juan 14:24 reza: “El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías, lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió”, pero antes de que haga sus conjeturas, permítame explicarle un poco:
Lo que esta y muchas otras citas nos hacen saber y entender es que el amor tiene que ver con el conocimiento, es decir, no podemos amar a quien no conocemos y por ende no podemos obedecer a quien no amamos, si lo piensa detenidamente es una gran verdad y que tiene muchas dimensiones, pues para muchos el amar está basado en una emoción ó bien en hacer cosas “buenas” a los demás pero en la mayoría de los casos sin involucrarse, sin embargo, las cosas son más simples de lo que nos imaginamos, pero a la vez más complejas, es decir, no solo suceden, sino tienen un transfondo.
El amor no es una cosa simple, puede ser sencilla de entender y a lo mejor con consciencia de aplicar, pero no es algo simple, recuerde que es el eje de quien es Dios y si lo piensa que por amor hacia nosotros Dios envió a su hijo a morir en la cruz por nosotros, y lo que dice Juan 14:24 es cierto, entonces, quiere decir que Dios sabía perfectamente quienes somos y decidió aún así enviar a su hijo y no solo para perdonarnos, sino para que tuviéramos una vida gloriosa y donde todo lo que hiciéramos fuera basado en ese mismo amor.
Por tanto, no podemos amar masivamente, el amor es basado como le decía en el conocimiento y para conocer a alguien se necesita contacto que se convierta en intimidad y de esa intimidad podremos tomar la decisión de amar a ese alguien y ahora si poder incluso dar nuestra vida por esa persona que amamos y hemos decidido hacer parte de nuestra vida.
Es ahí donde me sorprende esa gente que dice “amigos pocos, me sobran dedos de las manos”, es no denota otra cosa más que su poca disposición a conocer a otros y a intimar con ellos más allá de su conveniencia y comodidad, lo ha pensado?
Así nos sucede con Dios, no podemos decir que amamos a Dios si no le conocemos y la primer manera necesaria de conocerle es por medio de su palabra y es de esa misma manera que desarrollamos nuestra fe, es decir, para amar a Dios debemos de conocerle por medio de su palabra, de modo que eso nos lleve a que no sean nuestros actos los cuales admires los demás los que cuentan, sino la expresión de lo que sabemos de Dios aplicado a nuestras relaciones con las demás personas, solo así podremos decir que tenemos una fe verdadera y viva y que hemos sido objeto y ahora portadores del amor de Dios.
Si no somos capaces de expresar el amor uno a uno, con paciencia, con respeto y con la decisión de seguir con las personas a pesar de lo que sepamos de ellas, difícilmente podremos amar a Dios, ya que su palabra en la mayoría de las ocasiones nos incomoda e incluso nos pudiera escandalizar cuando la aplicamos a nuestra vida y sin embargo esa es la manera que Él determinó para nosotros que le demostráramos tanto nuestra fe, como nuestro amor, y solo así tendrá el fruto que la misma Biblia promete y que tiene un efecto que refleja el Reino de Dios en esta tierra.