Hace no mucho tiempo empecé a frecuentar una casa que tenía una de esas fallas que hay en todas las casas, una falla incómoda, pero una de esas fallas con las que todas las personas habían aprendido a vivir, le ha pasado?

Al principio creí que era una de esas fallas de algo que había empezado bien y con el tiempo se había descompuesto y nadie se había preocupado de reparar ó corregir y con el tiempo aprendí que era una falla que estaba así desde que la casa se había construido.

La falla consistía en que la cerradura del baño no embonaba adecuadamente, de manera que la puerta prácticamente solo se emparejaba, pero nunca cerraba y las personas que habitaban el lugar habían aprendido a usar el apagador de la luz como cerrojo, es decir, prendían la luz del baño para indicar que había alguien dentro y no correr el riesgo de que alguien los sorprendiera en el baño por no poder cerrar la puerta adecuadamente.

Esto me hizo aprender a estar muy alerta, pues suelo ser una de las personas que disfruta de no prender la luz en el baño, incluso me gusta bañarme a oscuras, pero como todos los que habitan el lugar, aprendí a usar el apagador de la luz como cerrojo para evitar cualquier situación incómoda.

Estuve tentado en varias ocasiones a hacer algún comentario sobre la situación, pero vi que en realidad nadie se molestaba al respecto y que habían aprendido a vivir con ello, era parte de su rutina y parecía no ser algo que causara mayor conflicto, de modo que tuve que aprender a ser “educado” y a no decir nada en algo que en mi propio entender era algo obvio y que debía de repararse.

Hace tan solo unos días, un amigo vino de visita a este mismo lugar y vio la situación y se percató de lo mismo que me percaté yo y seguramente se habían percatado las personas que habitan el lugar, pero lejos de decir algo, lejos de opinar, tomó la situación en sus manos y con un desarmador y un par de herramientas más, reacomodó la placa de la contra chapa y en unos minutos logró corregir algo que tenía más de una década de funcionar de manera equívoca e incómoda.

Creo que pocas veces había celebrado algo con tanta euforia como el poder cerrar la puerta del baño, el poder ir al baño a mitad de la noche sin tener que ser encandilado por la luz ó el poder bañarme a oscuras como lo disfruto tanto, pero en realidad esta escena me hizo reflexionar mucho, y lo sigo haciendo.

En realidad no era algo difícil, en realidad no tenía mayor ciencia, simplemente todos aprendimos a vivir con esa falla y no decir nada, y sabe, así sucede con tantas y tantas cosas en nuestra vida, porque simplemente no nos interesó el saber cómo se hacía, simplemente pensamos que era responsabilidad de alguien más ó simplemente hemos aprendido a vivir en un mundo de carencias  y pensando que siempre nos va a faltar algo, pero olvidamos algo importantísimo y de eso se ha tratado mi reflexión.

Toda nuestra manera de vivir debería de honrar a Dios, todo lo que hacemos lo debemos de hacer pensando en que Él habita en medio de nosotros y aún los detalles pequeños y simples como el entrar de manera incómoda al baño nos distraen de Él, de su presencia y de su propósito, es por eso que Dios nos incita a que hagamos todo con excelencia, todo como si fuera para Él pues de esa manera se convierte Él en el verdadero centro de nuestras vida y nuestra vida se convierte en una constante forma de honrarle y una garantía de comodidad y éxito en todo lo que hacemos.

No es lo mismo solo poner una chapa a hacerlo bien, piense que quien puso la chapa, servía a todos los demás, y al no ponerla adecuadamente, simplemente falló no solo con las personas con las que convivió, sino con todas las personas que llegamos después, aún décadas después pues esa misma chapa duró más de 10 años así y además nunca llegó a cumplir el propósito para el cual había sido creada, proveer privacidad y tranquilidad a las personas que van al baño.

Y sé que dirá usted, qué necedad!, por qué enfocarse en algo tan pequeño como una cerradura de un baño?, qué no puede simplemente prender la luz y ya?, si me pregunta, si, si puedo, de hecho pude yo y pudimos todos los que usamos ese baño durante todo ese tiempo, hasta que llegó uno que decidió hacer las cosas bien y entendió que no tenía necesidad de pasar incomodidades y lo solucionó.

En nuestra vida solo hay un modo que nos hace sentir cómodos en todos los aspectos, y ese es el modo de Dios, Dios nos invita a entrar en su reposo, donde todo es perfecto, pues todo le honra a Dios, y no es algo difícil, solo son aquellas cosas grandes, medianas y pequeñas que dejan de servirnos a nosotros y son usadas pensando primeramente en Él, donde cada acción, cada esfuerzo y cada labor por pequeñas que sean, se unen a un propósito que después de dar honra a Dios sirven a los demás y a lo mejor no se notan de inmediato, pero se unen a una perfección que tiene que ver con el ambiente que propicia la presencia y el favor de Dios, lo había pensado?

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