Es interesante el pensar que en términos de fe, muchas personas creen que pueden tener su propio concepto de fe y su propia manera de relacionarse con Dios por el simple hecho de que es algo que a su entender es algo que sucede en su cabeza y en su corazón a lo que llaman intimidad, pasando por alto la idea que Dios tiene de esos mismos conceptos y de esa misma manera de entender las cosas.

El hecho de que no veamos a Dios, no tiene absolutamente nada que ver con su efecto en nosotros ni en el hecho de cómo nos relacionemos con Él, no se ha puesto a pensar que las cosas que solemos pedir en intimidad ó en oración tienen siempre que ver con cosas tangibles y que sí podemos ver?

Esto es así de sencillo, aquel Dios que muchos consideran invisible tiene efectos visibles y tangibles, pero no se limita a las cosas que pudiera hacer por nosotros, sino empieza por las cosas que necesita hacer en nosotros, es decir, su presencia tiene un efecto transformacional, es decir, no solo hace cosas por nosotros, sino que se manifiesta por medio de nosotros de manera que asegure nuestra pertenencia y deje claro al mundo que lo que nos acontece no es un ato aislado y no tiene que ver con el pedir, sino con el cumplimiento de la promesa para aquellos que anhelan más que solo una respuesta ó una señal.

Es por eso que la fe no se puede expresar de manera individual, sino comunitaria, es por eso que no podemos decir que tenemos una relación con Dios “a nuestro modo”, siendo que la misma palabra de Dios nos enseña que cada vez más terminamos siendo un mismo cuerpo que va en la misma dirección, que tiene los mismos intereses, que hace las mismas cosas y que escucha de manera constante al mismo Dios.

No me deja de llamar la atención en la cita de hoy, como el hecho de dejar de contar mentiras viene directamente ligado con el hecho de ser un mismo cuerpo, lo había notado?, eso nos enseña que cada vez menos tenemos motivos individuales y cada vez menos hacemos cosas por nuestra cuenta y cada vez más iremos cuidando los intereses del Reino de Dios y cada vez más serán parte de nuestro pensar y actuar diario, de manera que entenderemos muy claramente cual es nuestro papel específico y el plan que Dios trazó para nosotros, pero más que eso, la dependencia que tenemos de pensar, actuar y creer en comunidad.

Si lo pensamos detenidamente, entre más pensemos de manera individual y más tratemos de justificar nuestra manera vivir, más nos alejamos del cumplimiento de la palabra de Dios, es justo por eso que Dios nos recomienda confesarnos nuestros pecados los unos a los otros, para que dejemos de pensar en que hay un motivo especial por el cual actuamos de cierta manera y entendamos que el Espíritu de Dios nos hace verdaderamente libres al entender que en la palabra tenemos una sola manera de vivir y tenemos un solo modo, el cual tiene que ver con el hecho de ser libres por obediencia y libres por vivir en comunidad, pues factores como la suerte ó la aceptación de otros quedan de lado y empezamos a vivir gobernados por las garantías de las promesas de Dios para aquellos que son fieles.

Esto es algo parecido a ambientes como las oficinas de google, donde muchos creen que no hay reglas, pero en realidad hay muchas más reglas que en otros lados, solo que las reglas no son importantes sin el objetivo, es decir todas las personas en ambientes como las oficinas de google tienen en su objetivo la efectividad y la eficiencia de la empresa, de modo que por mientras cumplan con el objetivo, lo que hagan en su trayecto hacia el y el modo en como lleguen (dentro de un ambiente controlado) no son importantes, justo así es el Reino de Dios, Dios nos da un objetivo de vida y nos da una increíble libertad aderezada de recursos celestiales (tangibles en esta tierra) para que disfrutemos de ellos y los multipliquemos siempre y cuando no perdamos de vista el objetivo.

Aquellos que acusan a otros de ser religiosos, tienen en mente y en vista las reglas y no el objetivo, se vuelven mentirosos al creer en su propia versión de lo que ven y se aíslan del bien común al pensar que pueden marcar una diferencia que no es necesaria, pierden de vista el objetivo y se dejan oprimir por asuntos que no son relevantes en el Reino de Dios.

Es por eso que necesitamos al Espíritu de Dios, necesitamos alguien que nos muestre y nos recuerde de manera constante el objetivo el Reino de Dios y nuestro papel fundamental en medio de las cosas que Dios planeó, de manera que nunca vivamos de manera aislada y mucho menos sin rumbo.

Es justamente por eso que Dios necesita de nuestra intimidad, para hablarnos y recordarnos las cosas que son importantes en su verdad para dejar de lado nuestra realidad individual.

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