Muchas personas creen en el positivismo y piensan que si hablan bien de ciertas cosas ó a favor de ellas, estas sucederán, pero corren el riesgo de desilusionarse ó de encontrarse de frente con una realidad que no tiene nada que ver con lo que esperaban y pensar que Dios tiene planes diferentes cuando en realidad nunca le involucraron en su proceso de toma de decisiones, aún cuando le hayan pedido que hiciera algo, no lo tomaron en cuenta como parte de, y es de eso de lo que quiero hablarle el día de hoy.
Una de las cosas que olvidamos cuando hablamos bien y a favor de algo, es la naturaleza de nuestra boca, curiosamente cuando esperamos algo “bueno” de parte de Dios de pronto es como si fuéramos ajenos a Él y como si no supiéramos si lo va a hacer ó no, yo a ese patrón de pensamiento lo llamo “bajarse del barco” y le voy a explicar porqué, porque Dios nos dejó dicho y por escrito que Él nos hizo a su imagen y con la capacidad de expresar su naturaleza (semejanza), por tanto, todos los atributos de Dios están en nosotros, empezando por la capacidad de amar, la capacidad de perdonar y la capacidad de transformar nuestro entorno, y es justo por eso que no deberíamos de poner un pie abajo de nuestras camas sin tener la consciencia de que Dios pretende usarnos en la misma dimensión de su autoridad, su poder y su alcance.
Ahora bien, todas las cosas, las visibles y las invisibles fueron hechas por Dios, creo que todos estamos de acuerdo en eso, pero sabe, Dios no las “hizo” nomás así, sino que dio la instrucción y las cosas sucedieron y es por eso que el principio de la Biblia es tan detallado, ponga mucha atención:
Dios dijo “hágase la luz y la luz se hizo” y vio Dios que esto era bueno. Se da cuenta?, Dios simplemente usó la autoridad que hay en Él y que Él es para que las cosas sucedieron, y un poco más adelante, la misma Biblia en el mismo principio dice “hagamós al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza para que gobierne sobre los animales del campo, las aves del cielo y los peces del mar”, es decir Dios nos constituyó con la misma capacidad de decir y que las cosas sucedan y con la misma autoridad para que el universo entero responda a nuestras palabras.
Pero debemos de entender un par de cosas para que podamos llevar a cabo estos actos de fe y de identidad, y de nuevo le digo, ponga mucha atención:
Dios nos reta y nos dice “si tuvieres fe como un grano de mostaza, podrás decirle a ese monte muévete y este se moverá”, lo nota?, Dios está poniendo en nosotros la misma capacidad de hacer cosas asombrosas que Él y no es que no tengamos fe las veces que nos hayamos puesto frente a un monte y le hayamos ordenado que se mueva (créame!, lo he hecho!!), sino que nos ha faltado la consciencia primeramente que no vamos “a ver” si sucede, sino de ir como hijos del Todopoderoso y nos ha faltado el propósito para que el monte se mueva y el plan de qué hacer con ese monte una vez movido, lo ha pensado?
Y no, no se la acabo de poner difícil, por el contrario, aquí está el secreto y ponga mucha atención:
1.- la identidad como hijo de Dios: si usted va y mueve un monte, miles y millones de personas escucharán de ello, irán a ver lo que usted hizo, pero si se lleva usted todo el crédito y se envuelve en la fama de haber movido un monte, entonces, qué sentido tuvo haberlo movido, pero si usted da testimonio de que el Espíritu de Dios que mora en usted le dio esa capacidad y de que no es un atributo exclusivo suyo, sino cualquiera de esos muchos que van a ver el monte puede hacerlo, habrá usted abierto la primer academia de la fe verdadera donde los Hijos de Dios se multiplican y hacen aquello que Yeshúa (Jesús) nos dejó dicho “ir por el mundo y hacer discípulos”, dejaremos de ser ajenos y nos comportaremos como de casa y velaremos por los intereses de la “familia” ó bien del Reino como lo llama la Biblia.
2.- el propósito de que el monte se mueva: si usted está esperando que el monte se mueva como una señal de su fe, entonces está usted lleno de soberbia, piense esto, Dios le habló de un grano de mostaza y usted espera que un monte entero satisfaga su inquietud!, eso es un poco pretencioso, no lo cree?, pero qué tal que el propósito de mover un monte sea que las personas se alejen de las tonterías que le distraen y hacer de ese lugar donde el monte se movió un lugar de adoración al Dios que es la expresión del amor y que usa la misericordia como paño para los que lloran?, por qué no hacer de ese monte una esperanza tangible de que Dios está vivo y que su Espíritu habita entre nosotros, de modo que muchos que no creían, ahora crean.
3.- qué hacer con el monte una vez movido: esto es más sencillo de lo que cree, sabe una vez que Dios movió un monte, nada es igual, piense en esto, hoy en día miles y miles se siguen bautizando en el jordán, así como Yeshúa (Jesús) lo hizo y muchos otros siguen visitando los lugares que visitó cuando vivió entre nosotros, pero mejor aún, miles y miles seguimos enseñando lo que nos enseñó Él y seguimos siendo parte de la transformación de vidas que Él comenzó, por tanto el monte pierde importancia (no importa qué tan grande pueda ser), ante el papel de seguir obedeciendo a Cristo y seguirle imitando todos los días, pues no importa cuantos montes se puedan mover, todo nos regresa al propósito de llevar a los miles a los pies de Yeshúa (Jesús) y de que dejen de ser solo criaturas de Dios para que sean hijos por medio de la confesión de pecados y el nuevo nacimiento.
Lo mejor de todo esto, es que todo lo que necesitamos para que suceda es conocimiento de la palabra de Dios, fe en ella y una lengua, si esta habla de lo que nuestro corazón cree, estaremos siempre a bordo del barco de Dios, estaremos siempre moviendo montes físicos, morales, emocionales y espirituales y estaremos dando gloria a Dios por medio de nuestras vidas.
La cita de hoy nos dice que sufriremos las consecuencias de lo que hablemos, pero las consecuencias pueden ser de vida ó de muerte, si usted entiende que cada vez que abre la boca siembra una semilla, entonces le quedará más que claro que todos los días estará estableciendo la ruta para un futuro, para un mejor mañana y para cosas que nunca dejarán de ser.