Curiosamente las personas oran mucho por sanidad de otros, pero la mayoría lo hace con cierto miedo, siempre pensando en el “qué pasa si no pasa nada?”, y en realidad esta pregunta viene en muchas ocasiones (no puedo generalizar) de la consciencia, como si la respuesta de Dios para esa sanidad tuviera que ver con el “status” de nuestra relación con Él, pero en realidad no es así.

Curiosamente la Biblia habla más de sanidades que tienen que ver con la imposición de manos que con la oración, pues en realidad la sanidad no es algo que Dios haga, sino es algo que Dios nos envió a nosotros a hacer, como parte activa de nuestra fe, pues es el dar a otros lo que nosotros tenemos y se lo voy a explicar.

En el capítulo 3 del libro de hechos Pedro el Apóstol se encuentra con un paralítico a la puerta del templo, éste espera una moneda de Pedro, más Pedro le dice “mírame”, es decir le pide que vea quien es, cómo actúa y cómo vive, y luego le dice “no tengo oro y no tengo plata, pero lo que tengo te doy”, y luego le impone las manos y le ayuda a levantarse.

La Biblia describe que en ese momento los tobillos y los pies del paralítico se enderezaron y se levantó de un salto, y lo primero que hizo fue entrar al templo a adorar.

Si lo nota, el paralítico entendió bien la instrucción, observó quien era Pedro y recibió la identidad que le transmitieron por medio de la imposición de manos, el paralítico vio que Pedro era un hombre de Dios y que tenía muy bien afinadas sus prioridades, de modo que estuvo dispuesto a adoptar esa naturaleza, por tanto su primer acto como persona que podía ponerse en sus pies, fue el adorar como Pedro lo hacía y como Pedro lo tenía en sus prioridades.

Es aquí donde entendemos lo que la cita nos explica, una señal de que creemos es que podemos transmitir esa fe a otros, pues estamos dispuestos a vivir de acuerdo a eso que creemos y estamos dispuestos a compartirlo, de modo que otros recibirán de la imposición de nuestras manos todo lo que haya en nosotros.

Si lo piensa, en muchas ocasiones cuando oramos por otros y en mi personal opinión en especial cuando lo hacemos por sanidad, lejos de expresar alguna verdad, solo expresamos nuestros buenos deseos delante de Dios, pero cuando imponemos las manos tenemos la responsabilidad de entregar no lo bueno que hay en nosotros, sino lo que Dios ha puesto en nosotros, de modo que podamos establecer el Reino de los Cielos en esa persona y no solo su cuerpo sea transformado, sino su manera de vivir, así como la del paralítico de Hechos 3, interesante, no?

En otras palabras, es más un asunto de fe, que un asunto de buena voluntad ó buenas intenciones y es por eso mismo que viene como una condicionante, es decir, es una señal que responde al hecho de que creemos y vivimos de acuerdo a ello y entonces seremos capaces de sanar cualquier enfermedad en el nombre de Yeshúa (Jesús), desde una gripa, hasta un cáncer.

Para muchos la fe y el creer es un asunto de sentimiento, tienen la necesidad de sentir lo que creen y entienden también ese sentimiento ó esa sensación es la respuesta de Dios como un “si” simulado para que creamos, pero en realidad no lo es, la Biblia está ahí para que creamos en ella aun cuando no lo sintamos, de modo que la fe active lo sobrenatural y no solo lo emocional, tiene sentido lo que le digo?

Recuerde que la Biblia no es un libro que se trate de nosotros, la Biblia es un libro que describe el carácter de Dios, y entre más la leamos, más aprenderemos acerca de Él y más fácil nos será tener intimidad con Él, de modo que cuando seamos verdaderamente cercanos a Dios a causa de que le conocemos, podamos permitir que haga su obra en nosotros, el regresarnos a nuestro estado natural, a su imagen y semejanza y piense esto, la salud es parte de la identidad de Dios, Él no conoce la enfermedad, ni la pobreza, los problemas le son ajenos, es por eso que no hace Él nada por nosotros cuando estamos en esas condiciones, pero si nos puede regresar a nuestro estado original, al estado perfecto al estado donde todo es como Él es.

El imponer manos para dar sanidad no es algo reservado para algunos cuantos ó para los muy espirituales ó especiales, la cita de hoy dice que es algo que seguirá, es decir será inevitable para cualquiera que crea y sea bautizado, Yeshúa (Jesús) mismo lo dijo, que haríamos las mismas cosas que Él hizo y aún mayores si creyéramos en Él (Juan 15:12), de modo que todos tenemos no sólo la oportunidad, sino la responsabilidad de llevar a cabo estas acciones, como señal de que le creemos a Dios y no solo creemos en Él.

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