La Biblia nos enseña que de lo que abunda en el corazón habla la boca (Mateo 12:34), y nos dice que debemos de cuidar aquello que dejamos entrar en nuestro corazón, pues eso puede alterar lo que pase en nuestra vida y traer consecuencias desagradables (Proverbios 4:23), y por último, nos dice que no es lo que entra por nuestros oídos lo que nos contamina, sino lo que sale de nuestra boca (Mateo 15:18), esto nos lleva a entender que debemos de tener cuidado con lo que hablamos, pues eso puede echar a perder ó bien interferir con lo que Dios tiene planeado hacer en nuestras vida y tiene que ver siempre con el contenido de nuestro corazón.

Esto se lo digo, porque en la época actual, hemos perdido nuestra identidad y hemos permitido que sean todo el tiempo factores externos los que nos afecten y nos hagan cambiar de opinión y nos impiden vivir plenamente así como Dios lo pretende para nosotros.

Antes éramos educados mediante valores, sabiduría heredada de generación en generación y muchos conceptos con fundamentos que vienen de Dios, pero hoy lamentablemente no es así, la televisión es la que nos educa y nos ha hecho víctimas de todo, piénselo, hoy en día, ser infiel es una de las cosas más comunes que existen, sin embargo hemos aprendido de las películas, las telenovelas y las series que quien es víctima de una infidelidad, no tiene la capacidad de perdonar, porque ha perdido la “confianza” que tenía en su esposo(a), novio(a) ó quien quiera que sea que le haya engañado, hoy en día entendemos que lo más normal en una relación entre 2 personas es tener intimidad sexual, sin importar el verdadero sentido de la misma y si las cosas salen mal, simplemente abortan, porque no es el tiempo adecuado para tener hijos y así sucesivamente.

Lo que no nos damos cuenta, es que todo este tipo de acciones, van haciendo heridas en nuestros corazones, que posteriormente salen por nuestra boca y nos empiezan a contaminar a causa de ello, y es justo en ese momento que las cosa toman el sentido completamente opuesto a lo que Dios planeó.

Es por eso que la promesa acerca de los que creen y son bautizados es tan importante, note como dice “si beben algo venenoso, no les hará daño”, en otras palabras nos da la garantía física de no correr riesgos si hacemos lo que Dios nos pide, pero también nos enseña que seremos inofensibles, que no importa la situación por la que pasemos, nada podrá hacer mella en nuestros corazones y nada podrá hacer que de nuestra boca salga algo que nos pueda hacer morir espiritual, moral ó emocionalmente, seremos inmunes al mundo, pues Dios hablará a nuestros corazones y nos dejará saber de donde viene cada situación difícil y cómo resolverla, de modo que nada nos afecte y tengamos siempre algo que dar, aún cuando pereciera no ser justo ó pereciera que nos están viendo la cara.

Eso es precisamente a lo que se refiere la paz de la que habla la Biblia, aquella que sobrepasa todo entendimiento, el tener un corazón fundamentado en la verdad de Cristo y no en el mundo que nos rodea ó las circunstancias, es por eso que tiene la condicionan “al que crea y sea bautizado”, es decir, al que conozca a Dios y decida vivir en la consciencia de quien es Él y que decida aplicar su verdad (la de Dios manifestada en la Biblia) a su vida cotidiana.

En serio, créame, la ventaja de ser a prueba de ofensas y problemas puede ser suya, todo lo que necesita hacer es dejar de creer en un Dios bonachón y crea en el Dios bueno, en aquel que le esfuerza, aquel que no quiere cosas “buenas” para usted, sino quiere actuar por medio de usted, para que no dependa de las cosas que le da, sino dependa de Él que es la fuente y para que la fuente nunca deje de dar, tiene que tener un corazón siempre limpio, siempre fresco y siempre preparado para un encuentro santo con aquel que es santo por encima de todas las cosas.

Cómo ve? se atreve a ser inofensible?

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Responder a Alejandra Maria Jimenez Moreno Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Un comentario

  1. Alejandra Maria Jimenez Moreno

    Yo siempre