Hace un par de días tuve una conversación como muchas otras que he tenido, pero encontré ese famoso elemento de “fe” que lleva a las personas por el camino equivocado y eso me preocupó mucho, esta persona con la que hablaba me dijo “sé que entre más cerca esté de Dios, las cosas van a ser más fáciles, pero no sé bien como reconocer sus señales”.
La verdad es que esta frase es un pensamiento MUY pero muy común, y sabe, es completamente ajeno a la naturaleza de Dios y precisamente por pensar de esta manera es que muchas personas terminan por no acercase a Dios, y se lo voy a explicar un poco.
Muchas personas lejos de acercarse a Dios por amor ó simplemente por conocerlo, se acercan por 2 motivos principalmente, por necesidad y por culpa y tienen la errónea idea de que eso calmará su sentimiento, pero no es así ya que Dios no es un Dios de intercambios y su función y anhelo es gobernar en nosotros, más allá de tener el efecto aspirina (esto lo digo con todo respeto).
De modo que cuando las cosas no suceden como esas personas esperaban, solamente se desaniman y se vuelven a alejar, hasta la siguiente ocasión que tengan culpa ó necesidad de algo de parte de Dios.
La otra cosa que lejos de acercar a las personas a Dios, las aleja, son las famosas señales, las personas no tienen idea de quien es Dios pero tienen la idea de que algo bueno debe de tener y que algo bueno debe de querer para con ellas, todo lo que necesitan es “una señal” para poder creer y que ese creer desate todo lo bueno que Dios tiene para ellas, el problema sucede cuando Dios nunca manda esa “señal” ó bien tomamos cualquier cosa que se “esté dando” como señal y simplemente la sigamos porque el efecto de eso que se “está dando” es agradable y si es agradable, es bueno y si es bueno debe de venir de parte de Dios, pero por lo general no es así, es nuestra mente buscando una salida y una excusa para hacer las cosas como siempre las hemos hecho y punto.
La verdad es que Dios no nos manda señales, y sabe por qué no lo hace?, porque existe una marcada diferencia entre la bruja de Hansel y Gretel y Dios, Dios no tiene necesidad de que nosotros le creamos para que Él sea Dios y no necesita darnos señales, pues ya nos dio la vida de su Hijo, y nos dejó un instructivo detallado de cómo es que espera que seamos nosotros los que hagamos las cosas que Él planeó para este siglo por medio del poder que el Espíritu Santo ponga en nosotros (a quien dicho de paso, nos empeñamos en ignorar constantemente), pero hay quienes insisten en sentarse a esperar una señal que de acuerdo a la palabra de Dios, nunca llegará.
A veces solo nos hace falta echar una mirada a la Biblia, y entenderemos cómo es que Dios lo planeó todo y dejaremos de invertir nuestros esfuerzos de “fe” en cosas que no van a fructificar, como el andar buscando señales, siendo que las señales son una consecuencia de nuestra fe y no el detonador de nuestra fe, la fe, no viene de otro lado que de conocer a Dios por medio de su palabra.
Pero debemos entenderlo bien, no es que “nos acerquemos” a lo que nosotros consideramos que es Dios y las cosas empiecen a fluir ó bien nos quiera de nuevo, cuando creemos en la palabra nos daremos cuenta que somos parte de un todo, donde las señales son parte de nuestra vida para constatar no que estamos bien, sino que la palabra se cumple constantemente y esas señales tienen la característica de ser milagrosas pues tienen que ver con lo que creemos pero no vemos y tienen que ver con el Dios el cual no solo nos ama, sino nos habla constantemente de quien es Él y de lo que su Reino pretender manifestar por medio de nosotros.