En muchas ocasiones nos preguntamos qué es lo que tenemos que hacer para desatar el favor de Dios en nuestras vidas y olvidamos que Dios no hace intercambios con nosotros, Dios todo lo hizo por nosotros ya, solo debemos de propiciar el terreno para que su Reino de manifieste en nosotros, y esa es la diferencia, no oramos por bendiciones específicas ni individuales, oramos por la manifestación del Reino como un estilo de vida en nosotros y es de eso de lo que le quiero hablar el día de hoy.

El asunto de la fe es un asunto delicado, pues cada persona decide creer lo que quiera ó bien lo que le convenga y nadie puede interferir en ello, es algo interno, pero de ahí a que su fe le ayude en algo, es otra historia, y esto se lo digo porque hay quienes dicen “abandonarse” en su fe y esperar a que Dios haga y hay quienes creen que deben “ayudarse” para que Dios los ayude, pero ambos pensamientos carecen de fundamento y a la larga solo causarán frustración ante no recibir lo esperado, pero como recibir algo espiritual si se actúa de manera asmática (de acuerdo a lo que se piensa y se siente)?

Hay que entender un par de cosas básicas para poder seguir adelante con el tema de caminar sobre el agua, primero, qué es lo que creemos?, porque muchas veces estamos esperando una “señal” que nos ayude a creer, pero qué dice la Biblia?, la Biblia nos promete que las señales seguirán y acompañarán a los que creen (Marcos 16:17), es decir justo al revés, primero creemos y luego son las señales, es por eso que tenemos que aferrarnos a la Biblia y perseverar en lo que en ella dice, segundo, debemos de actuar conforme a lo que creemos, es decir, lo que creemos nos debe de poner a trabajar y nos debe de dar un rumbo, y no, esto no tiene nada que ver con esa frase que muchos dicen “ayúdate que yo te ayudaré”, no, en lo absoluto, nuestra acción debe de ser en dirección hacia lo que creemos y lo que sabemos, no hacia lo que queremos, porque la fe sin obras, es muerta nos revela Santiago 2:14, es decir debemos de perseverar en las cosas que la Biblia nos dice que debemos de hacer.

Proverbios 29:18 nos enseña que si un Pueblo no tiene una visión de a donde va, se desenfrena y se pierde, por tanto cuando solo hacemos cosas relacionadas con aquello que queremos y pasamos “ayudándonos para que Dios nos ayude”, haremos un día un poco de esto y otro día un poco de aquello, pero nunca concretaremos nada y nunca iremos en una dirección clara hacia ningún lado.

Esto lo entendieron bien los discípulos de Yeshúa (Jesús) quienes esperaban que regresaba, pero tenían claro que no podían dejar de hacer lo que ya habían planeado, la visión que Yeshúa (Jesús) ya les había dado, por lo que decidieron ir a Capernaúm, pues ese siempre había sido el plan, y no fue sino hasta que estaban practicando su fe, es decir actuando en consecuencia de lo que creían que se encontraron con Yeshúa (Jesús) sobre el agua, pues resultaba que ambos, tanto los discípulos como Yeshúa (Jesús) iban en la misma dirección y con el mismo propósito, y sólo por eso Yeshúa (Jesús) decidió permitir que Pedro hiciera lo mismo que Él, caminar sobre el agua.

Una de mis citas favoritas es Juan 14:12, que nos revela que haremos las mismas cosas que Yeshúa (Jesús) hizo y aún mayores, sin embargo a veces nos parece imposible orar por una simple y sencilla gripa, siendo que deberíamos de sanar personas todo el tiempo según la Gran Comisión (Marcos 16:15-18), y sólo nos sucede porque nos hemos detenido, hemos dejado de creer, porque no sabemos en qué creer, estamos esperando que los que consideramos “especiales”, nos vengan a convencer de aquello en lo que debemos de tener fe y que las cosas “se vayan dando”, siendo que somos nosotros quienes debemos de ser quienes las provoquen, de eso es de lo que se trata ese famoso Reino, fue justo a eso a lo que Dios nos envió a esta tierra, a que pongamos en práctica lo mucho ó poco que sepamos de la Biblia, hasta que el mundo entero haga solamente lo que esta diga y seamos capaces al igual que Yeshúa (Jesús) de entregar nuestra vida por los demás ó bien de amar a los demás como a nosotros mismos, que es sinónimo de lo anterior.

Por tanto, para que Dios le invite a caminar por encima de las aguas, a hacer como el Espíritu Santo hizo desde el principio y como Yeshúa (Jesús) nos vino a poner como ejemplo, le tiene que encontrar en movimiento hacia el cumplimiento de la palabra, es decir lo mucho ó lo poco que usted conozca de ella, debe de poder notarse en usted en acciones, toda la palabra de Dios está ahí no para que usted sea bendecido, sino para que sea usted bendición, si no está usted dispuesto a serlo, se hundirá como peso muerto de manera inmediata.

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