Para muchas personas el pecar tiene que ver con hacer cosas “malas” tales como robar, matar, hablar con maldiciones ó tal vez abusar de bebidas alcohólicas u otras sustancias y ciertamente todas ellas son consideradas como pecado, pero en realidad son la consecuencia del pecado y no el pecado mismo, pues el pecado tiene más que ver con un acto le la voluntad que con un acto físico como tal.

Pecar tiene que ver con el alejarse de Dios, es decir el pretender hacer las cosas a nuestro modo porque opinamos que de esa manera es mejor, porque así lo sentimos, porque así opinamos, porque así se nos acomoda ó por cualquier otra razón, sin tomar en cuenta que Dios tuvo un motivo específico para establecer todas y cada una de las palabras y los estatutos escritos en la Biblia, por tal no podemos acomodar la palabra a nuestro modo, por el contrario debemos recuperar nuestra naturaleza y nuestra identidad por medio de adoptar la palabra de Dios como lo natural y lo normal para nuestras vidas.

Es por eso que hombres como Apóstol Santiago nos aseguran que la oración del justo puede mucho, entendiendo por justo a aquel que conoce y cumple con la Palabra de Dios y no aquel que hace aquello que parece correcto a los ojos de los demás o que “parece” bueno.

El día que entendamos como pecado el dejar a Dios fuera de nuestro patrón de pensamiento y nuestro proceso de toma de decisiones, ese día empezaremos a tener una adecuada relación con Dios y nos preocuparemos por conocer y obedecer su palabra, de modo que ésta rija nuestra forma de vivir y dediquemos más tiempo a buscarlo para escuchar su voz que a tener interminables monólogos en aquello que ignorantemente llamamos “su presencia”.

Piense esto, la Biblia nos enseña que la paga del pecado es la muerte (Romanos 1:23) de modo que cada vez que nos independizamos en pensamiento ó acciones de Él, arriesgamos nuestras vidas y nos exponemos a la muerte, pecamos por pretender ser independientes y tener opiniones propias, siendo que solamente la obediencia a Dios y en específico a su palabra es aquello que nos asegurará una vida de bendición y de prosperidad.

Como lo verá lo que muchos entienden como pecado, no es más que la consecuencia de los pensamientos (el verdadero pecado) de aquellos que hacen justicia por su propia cuenta (cumplen su propia palabra y  viven de acuerdo a su propia opinión) y dejan fuera de su proceso de toma de decisiones a Dios, por tanto, que tanto peca usted?

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