El problema de la fe de muchos es que no tiene fundamento, es decir la gente decide simplemente creer en algo que quiere ó en algo que necesita y luego espera que por el puro hecho de que es algo inalcanzable por sus propias fuerzas tenga una connotación espiritual y ahora el querer ó anhelar con muchas ganas tiene que ser llamado fe, aun cuando no tenga nada que ver con Dios.
Es incluso de llamar la atención que muchas personas dicen tener fe en cosas que son completamente contrarias a lo que la Biblia dice y a lo que Dios nos promete y aún así se atreven a llamarlo fe, cuando en realidad no hacen más que atender a sus propios deleites y viven frustrados porque Dios no les habla.
Que tema tan interesante, el que Dios nos hable, sabe, hay personas allá afuera que dicen creer en Dios, y que dicen tener fe, pero nunca han contemplado el hecho de que Dios les hable, todo lo que esperan de Él es un “si”, un “no” y fantasiosamente un “tengo algo mejor para ti” cuando no se conforman con el no, pero si lo vemos detenidamente, Dios no habla así en la Biblia, pero aún así insisten que es lo único que quieren escuchar de Él, siendo que lo que más espera Él es hablarnos y revelarnos todo lo que nos depara nuestro futuro.
Por último, las personas suelen tener una fe efímera ó pasajera y en episodios, su fe tiene que ver con su aquí y su ahora y no con una visión ni a futuro y mucho menos con la intención de la eternidad, de hecho creen que la eternidad es algo que empieza cuando se mueran y no algo que siempre ha sido, es y no dejará de ser, interesante no?
Y no le escribo esto con la intención de decirle que cree usted mal, y que está usted equivocado con respecto a su fe, le escribo esto para que se de usted cuenta de las cosas asombrosas que se pudiera usted estar perdiendo en caso de que cayera usted en alguno de los casos antes mencionados y en los próximos días le platicaré de cada uno de ellos, con la intención de que sea usted como la persona que construyó su casa sobre la roca y nunca dudó.
Es interesante reflexionar cómo es que empieza esta cita, con un Yeshúa (Jesús) celándonos acerca de si lo llamamos “Señor, Señor!”, es decir nos referimos a su papel cuando necesitamos algo pero no usamos el término de manera adecuada para que el beneficio venga siempre y todo el tiempo estemos bajo la cobertura de un Señor.
Cuando Yeshúa (Jesús) murió por nosotros en la cruz, nos dejó dicho que tenemos que reconocerle como nuestro Señor y como nuestro salvador y esos son 2 papeles claves en nuestra vida, pues son los que definen nuestra relación con Él y el efecto de lo que hará en nosotros.
Cuando entendemos que Dios pretende ser nuestro Señor, quiere decir que pretende gobernar sobre nosotros, es decir, quiere ser parte activa de las decisiones que tomemos, quiere poder guiar nuestro rumbo y ser quien nos deje claro lo que está bien y lo que no y quien nos recompense con el cumplimiento de su palabra y el depositando su gracia en nosotros cuando tomemos decisiones adecuadas, siendo Él el dueño del universo, espera compartirnos lo que es suyo de manera abundante siendo nosotros una extensión de Él, siendo coherederos (propietarios) de todo lo que hay, pero siempre con la intención de extenderlo y multiplicarlo y no solo de gastarlo y despilfarrarlo.
Es por eso que Dios espera nuestra obediencia y nuestra sumisión y por sumisión no entienda usted el término que muchos entienden el día de hoy que es sinónimo de sobajar, ser sumiso significa tener dones, talentos y capacidades y de manera voluntaria y consciente ponerlas bajo la cobertura de alguien que les dará un mejor uso que nosotros mismos, es de eso de lo que habla la Biblia cuando dice que la mujeres deben de someterse a sus maridos, es decir no significa que se nulifiquen bajo la autoridad de su marido, sino que pongan sus dones, sus talentos y sus capacidades bajo la cobertura y visión de su marido, para que sean utilizados para un fin en común y con una trascendencia mayor a la visión personal, le hace sentido?, pues de la misma manera lo espera Dios de su iglesia (usted y yo somos su iglesia cuando nos sometemos a Él y le hacemos nuestro Señor), y es justo por eso que Dios cuestiona el hecho de que le llamemos “Señor, Señor” si no estamos dispuestos a que nos gobierne y a someternos a Él.
La fe es un arma poderosa cuando tiene fundamento, cuando se sabe de donde viene y se sabe parte de un todo mucho mayor a nuestras circunstancias y a nuestra realidad, la fe es aquello que hace que lo imposible sea cotidiano en un mundo que no cree y hace la diferencia, y la fe tiene que ver con un Dios que espera ser nuestro Señor, y que le conozcamos para que de ese modo podamos desatar los efectos de su Reino en nuestra vida para que deje de ser solamente una vida más y sea una vida gloriosa como la del Señor que nos gobierna.