Para muchas personas una de las cosas más incómodas que existen es el cambio y curiosamente, a pesar de que todos sabemos que una de las cosas más constantes que habrá en nuestras vidas, hay quienes se resisten a ello y pasan sus vidas tratando de hacer que las cosas no cambien.

Es por eso que cuando tenemos nuevos jefes en el trabajo o cuando nuevas personas llegan a nuestros círculos de amistades o simplemente cuando algo que siempre había sido de una manera deja de ser así, hay quienes no lo resisten y se sienten incómodos e incluso se deprimen.

Esto tiene un solo motivo, no es que no les guste el cambio, porque si lo piensa, todos sabemos que tarde ó temprano tenemos que cambiar ciertas o muchas cosas en nuestras vidas, realmente lo que a muchos les incomoda es la incertidumbre de lo que viene, cuando no estamos preparados para el futuro, lo único que no queremos es cambio.

Y hace mucho sentido que el cambio nos incomode, pues a quien le gusta caminar en la incertidumbre y sin saber que lo que le espera, a todos nos gusta tener la garantía de nuestro bienestar y nuestra comodidad, no lo cree?

Es justo ahí donde la fe se vuelve algo importante ya que la fe no nos ayuda a sobrevivir los momentos difíciles, ni nos ayuda a “creer” que las cosas van a mejorar, la fe nos ayuda a definir el camino que habremos de seguir de acuerdo a la información que tenemos, la pregunta es, de donde viene la fe?

La Biblia nos enseña que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1), en otras palabras, la fe es la certeza de lo que va a pasar, la tranquilidad de saber que no importa cuantos cambios pasen en nuestra vida y en nuestras circunstancias, sabemos cual será el resultado final.

Sé que muchos de ustedes me dirán “claro René, pero quien tiene la certeza de lo que le espera?, quien tiene una bola mágica que le permita ver el futuro?”, y es cierto, nadie tiene una bola mágica, pero si tenemos acceso a saber lo que nos depara el futuro, de hecho de eso es que se trata toda la Biblia, de Dios teniendo agrado de los hombres y revelándoles el futuro para que puedan caminar con fe, es decir confiados en saber qué es lo que habrá de pasar.

Piénselo de esta manera, no le dijo Dios acaso a Abraham que dejara todo lo que tenía y todo lo que le era seguro y cómodo?, claro que se lo pidió, pero no se lo pidió como un sacrificio, ni como una “prueba de fe”, se lo pidió como requisito para poder hacer en él su propósito y entregarle una nueva tierra que sigue en manos de su descendencia hasta el día de hoy (el territorio de Israel).

El secreto de la fe está en el escuchar a Dios y escuchar de Dios qué es lo que quiere hacer en nosotros de manera que estemos preparados para los cambios y para el futuro, para que abracemos todo aquello que viene sabiendo que es parte de lo que Dios nos habló y entendamos que debemos de dejar nuestros afanes de lado para poder caminar confiados hacia lo que nos espera.

No se preocupe porque las cosas van a cambiar, eso no es importante, es importante a donde va a llegar usted después de todos esos cambios, eso realmente vale la pena, lo demás es por decirlo así “mero trámite” y parte del ejercicio de creerle más a Dios que a nuestras circunstancias.

Por tanto si se encuentra usted en medio de una incómoda época de cambios, no se mortifique, no se preocupe, tome de su tiempo y vaya a la presencia de Dios y pregúntele, no el motivo de su incomodidad, sino la visión de a donde le habrá de llevar, de modo que se prepare para el resultado final y no se distraiga con el proceso del cambio, como ve?

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