En muchas ocasiones quisiéramos poder cerrar los ojos y que las cosas cambiaran para bien como por arte de magia, le ha sucedido?, y de hecho es esa la manera en la que oramos, en donde tenemos la errónea idea de que al poner las cosas en manos de Dios, es Él quien se encarga de hacerlo todo y nosotros simplemente somos observadores de lo que hace, pero la Biblia nos enseña todo lo contrario.

Tenemos que entender las cosas como Dios las entiende, para que podamos provocar que las cosas sucedan como suceden en el Reino de los Cielos, al cual pertenecemos y el cual podemos traer y establecer en esta tierra en el momento que entendamos nuestra identidad a imagen y semejanza de Dios y nuestra responsabilidad de gobernar esta tierra para Dios.

Por tanto, el poner nuestros asuntos en manos de Dios no quiere decir el simplemente ir a lo que entendemos como su presencia, platicarle nuestros problemas y dejárselos ahí, la cosa no va por ahí, es un poco más complejo de entender, pero mucho más simple de hacer.

Desde el principio de los tiempos, Dios dejó al hombre como su representante en la tierra y todas las historias de la Biblia nos enseñan que Dios dio poder y autoridad al hombre para que éste hiciera su voluntad en la tierra, piénselo bien, fue Noé quien tuvo que construir el Arca y Abraham el que tuvo que llegarse a su mujer para tener un hijo, fue Moisés quien hizo cada uno de los milagros e incluso quien abrió el mar rojo para que los israelitas pasaran por en medio de el, obvio esta que todo por la instrucción de Dios, es decir, cada uno escuchó la voz de Dios y la obedeció y siempre sucedió como Dios prometió, ya que Dios es fiel a su palabra y no a nosotros.

Por tanto, debemos de entender que la respuesta a nuestras oraciones y necesidades no están en el que Dios haga, sino en lo que Dios nos diga para que luego seamos nosotros quienes llevemos a cabo su obra, es para eso que nos envió a esta tierra, a manifestar su poder!

Obviamente, la pregunta obligada es “como escucho la voz de Dios?”, y la respuesta es sencilla, normalmente esperaríamos que Dios nos respondiera “si”, “no» ó “tengo algo mejor para ti”, pero por qué habríamos de limitar al que todo lo ha hecho por medio de su palabra a tres tontas e insuficientes respuestas, el problema radica en que muchas veces no nos interesa escuchar una respuesta de Dios que no sea “si”, “no» ó “tengo algo mejor para ti”, pero la intención de Dios es el transformarnos por medio de sus palabras y poner en nosotros nuevas capacidades en cada ocasión que le escuchemos, Él pretende que seamos transformados cada vez más a su imagen y semejanza cada vez que nos hable, pretende revelarnos los secretos del universo en cada ocasión que tengamos intimidad con Él, para que tomemos decisiones como las que tomaría Él, es decir, cada vez que nos habla pone en nosotros un gran voto de confianza, para que le representemos dignamente.

Me fascina la cita de hoy, realmente hace que se me ponga la piel de gallina, sólo de pensar que cuando tengamos un gran aprieto todo lo que tenemos que hacer es ir y clamarle, es decir, hablarle con todas nuestras fuerzas y luego enfocar toda nuestra atención a Él, y como nos dice la cita, no nos dirá “si”, “no» ó “tengo algo mejor para ti”, sino que nos revelará secretos sorprendentes de las cosas que ha de hacer en nosotros y que vienen en el futuro, para que entendamos que ha puesto en nosotros la capacidad de solucionar todo asunto y además espera que nosotros decidamos como solucionarlo.

Por tanto, si es usted de aquellos que suelen tener una fe pasiva, de esas que todo lo dejan en manos de Dios (que en realidad no es así) y esperan a que Él haga, lamento decirle que se ha perdido de la parte más emocionante de la fe, el escuchar la voz de Dios y el actuar conforme a lo que nos ha sido revelado.

Atrévase a pasar tiempo en silencio en la presencia de Dios y atrévase a escuchar a Dios y a darse cuenta que no todo se trata de usted, más bien todo se trata de Él, y en Él están todas las respuestas y todas las soluciones, solo tenemos que atrevernos a descubrirlas y a funcionar de una manera distinta a lo que hemos venido haciendo, ya que es evidente que hasta el día de hoy no nos ha funcionado.

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