Muchas personas se preguntan constantemente el por qué han sido enviadas a la tierra y cual es el motivo que Dios nos tiene aquí y la respuesta es más que sencilla, tenemos que conquistar el mundo para Dios para que pueda luego Él volver y se lo podamos entregar.
Para ello es el mismo Dios quien nos puso las cosas sencillas, ya que hace un poco más de 2,000 años vino, venció a Satanás y lo dejó a nuestra merced para que le arrebatáramos el mundo de las manos.
Esto no significa otra cosa que nuestro trabajo es creen en la palabra de Dios y con ello constatar que Satanás está vencido, de manera que lo que creamos sea compartido a otros y podamos llegar al punto donde 2 terceras partes de los seres humanos le hayamos creído a Dios y hayamos hecho de Jesús nuestro Señor y Salvador, y sea el tiempo que Él venga de nuevo a tomar posesión de la tierra.
Entre tanto, nuestro objetivo es luchar diariamente, luchar contra qué?, considero que principalmente contra nuestra ignorancia, ya que es lo que más nos aleja de Dios, cada persona tiene la idea de que tiene derecho a creer lo que quiere y a tener una relación con Dios a su propio modo, cuando no es así y por ello se acarrean a sí mismas un montón de problemas y sufrimiento.
Segundo, una vez que hemos dejado de lado la ignorancia, tenemos que permanecer firmes en la palabra para no dejarnos engañar por nuestro adversario, quien pondrá a prueba diariamente lo que pensamos, lo que creemos y aun lo que somos y de esto nos habla la Biblia misma.
La cita de hoy nos habla de aquello que Jesús también nos dijo, si seguimos a Dios, primeramente seremos perseguidos y seremos tentados constantemente, pero como mencionaba al principio, es un asunto de identidad, es una lucha por recuperar nuestra identidad y mantenernos firmes en quien nos dio esa identidad y mas aún después de la cruz.
Por tanto aquel que cree que cuando no tiene problemas esta “bien” con Dios, se equivoca, la mejor señal del contentamiento de Dios con nosotros es la lucha y la tentación constante, bueno, déjeme replantear eso, la mejor señal de que las cosas están bien con Dios es la victoria constante, pero sin lucha no hay victoria, por tanto tenemos que estar dispuestos a luchar y tenemos que tener puestos los ojos en triunfar constantemente con la certeza de que no nos sobrevendrá nada que no hayamos sido preparados previamente para vencer, de modo que así como Jesús venció la muerte, nosotros seremos capaces de vencer cualquier cosa que se nos ponga enfrente.
La cita de hoy es una promesa y una garantía en la que nos es dicho cómo es que hemos de vivir y como es que habremos de seguir adelante, primeramente entendiendo que los problemas no lo son, en realidad son tentaciones, en otras palabras, son invitaciones de nuestro adversario a no creerle a Dios y a perder nuestra identidad, pero si nos mantenemos firmes en la palabra y creemos más en ella que en lo que nos pudiera sobrevenir, viviremos en esa constante victoria y nuestra lucha será tan sencilla como negarnos a ser afectados por cualquier circunstancia y cualquier factor externo.
Piense esto, la palabra nos dice que junto con cada tentación Dios nos ha dado la salida, es decir nuestra victoria esta siempre garantizada, todo es cuestión de creer y de identificarnos con Dios y no con nuestros problemas.