A veces nos preguntamos como es que no recibimos más de Dios, como es que no logramos hacer más para Él y por qué es que nuestra fe no crece?

Y esto tiene que ver con lo limitado de nuestra relación con Él, se ha dado cuenta de lo limitada que es nuestra comunicación y lo escasos que son los temas que tratamos con Dios?

Normalmente hablamos de dinero, luego hablamos de dinero, probablemente después hablemos de dinero, luego de salud y posteriormente todas aquellas cosas que necesitamos o nos aquejan, pero generalmente todo lo que hablamos con Dios tiene que ver solamente con nosotros, pocas veces con Dios o con cualquier otro tema que pudiéramos abordar con Él, le suena conocido?

Es por eso que en muchas ocasiones nos es difícil llevar a cabo la palabra de Dios, ya que normalmente no se relaciona con nosotros, ya que la Biblia se trata de Dios y no de nosotros como muchos esperan al abrirla esperando encontrar respuestas y a veces no nos interesa saber quien es Dios pues aparentemente no resuelve nuestra necesidad inmediata.

Todos hemos escuchado, incluso repetido en alguna ocasión la cita de hoy, o al menos una parte de ella, esa parte que dice “es más bienaventurado el dar que el recibir”, pero curiosamente el dar para la mayoría de las personas tiene que ver con el dinero o las cosas materiales, porque normalmente esto es lo que cruza por su mente y porque son los temas de los que hablamos todo el tiempo, tal como hacemos con Dios, solo tratamos ese asunto, pero no se ha dado cuenta que Yeshúa (Jesús), vino a darnos de todo menos dinero ni cosas materiales?

Si lo pensamos detenidamente, Yeshúa (Jesús) en su paso por la tierra nos dio las instrucciones y el ejemplo de como vivir una mejor vida y con su muerte y resurrección nos dio la garantía de la vida eterna, curiosamente para ambos no se necesita dinero, sino la visión de vivir desde esta tierra en un Reino el cual es basto, abundante y deja de lado las cosas superfluas, para poder enfocarnos lo que verdaderamente es importante, empezando por Dios y por consecuencia las personas a nuestro alrededor a quien la Biblia describe como nuestro prójimo.

Es por eso que cuando la atención de nuestra vida está enfocada en Cristo, recibiremos de Él lo que es verdaderamente importante y por tal tendremos de todos esos beneficios tangibles e intangibles y será entonces que el tiempo, el oído, el consejo sabio, el amor incondicional, las sonrisas y la sensación de plenitud sea algo cotidiano en nosotros y de lo que podamos compartir a los demás, y será entonces que comprobemos que entre más demos de ello, más tendremos, pues eso refleja la naturaleza de Dios quien se goza en multiplicar todo aquello que damos sin esperar nada a cambio (incluyendo las finanzas), cuando decidimos compartirlo y multiplicarlo, tal como hizo Yeshúa (Jesús) con los panes y con los peces.

Le invito a reflexionar un poco en esto, piense en cuanto tiene usted para dar a los demás que no esta relacionado con el dinero o los bienes materiales y descubra cuanto es que Dios ha puesto y hecho en usted y cuanto tiene por dar, que a su vez será multiplicado y engrandecido cuando cumpla el propósito que Dios puso en ello y en usted.

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