Hace un par de días una Señora nos abordó a mi Mamá y a mi, bueno en realidad a mi Mamá, yo solo iba con ella cuando sucedió y fue hasta cierto punto una situación simpática, ya que la Señora estaba confundiendo a mi Mamá con una de sus hermanas y le comentaba que le daba mucho gusto haberla visto sirviendo en un evento al que mi Mamá no había asistido, y después de un breve instante, mi Mamá la interrumpió, para aclararle que se la estaba confundiendo, la Señora un poco contrariada y apenada por la situación se disculpó y se despidió diciendo un «bueno, al fin y al cabo todo servimos al mismo Dios»,  y esto trajo a mi memoria esa confusión tan frecuente que existe acerca de que todas las religiones y doctrinas que dicen creer en Jesucristo, creen y sirven al mismo Dios. (Quiero hacer la aclaración que la situación de la Señora que nos abordó solo me recordó este engaño, no conozco a la persona y desconozco en que es  en lo que cree).

Cuando me toca platicar con personas en situaciones difíciles, una de las cosas que más me toca escuchar es: «yo tengo mucha fe», pero aún teniendo «mucha fe» están desesperadas en su situación y no saben que hacer, ya que no tienen idea en que es lo que tienen fe y que es lo que Dios puede hacer por ellas, le ha sucedido?.

Con esto no pretendo juzgar ni a los que dicen que todos creemos y servimos al mismo Dios, ni a las personas que dicen tener fe y evidentemente no la tienen, sino invitarle a hacer conciencia acerca de la fe…

La palabra de Dios nos enseña que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, es decir, la fe es el creer en aquello que nuestros ojos no ven, pero no solo por el hecho de que no lo vean nuestros ojos, quiere decir que podemos creer en ello y que Dios lo hará, ya que no me deja de asombrar que hay personas que pasan situaciones amargamente difíciles, sobretodo en lo económico, pero no trabajan, pero aún así confían en que Dios les enviará el «premio gordo de la lotería», siendo que la Biblia nos dice «el que no trabaja que no coma», y además nos advierte en contra de los juegos de azar y eventos que nos acerquen a la adivinación y otras cosas, lo ve?, se da cuenta que usted y yo probablemente no creíamos en el mismo Dios?.

Hay personas que se encomiendan a Dios antes de hacer cosas desagradables a sus ojos (yo lo hacía todo el tiempo), siendo que aún sin cometerlo ya habíamos pecado, ya que el pecado sucede en el momento que nos permitimos pensarlo y no en el momento que lo cometimos, y hay quienes aseguran que «el estar casados, no les limita de ver el menú», cuando la palabra nos enseña que si nuestro ojo nos es motivo de pecar, mejor nos saquemos el ojo y entremos tuertos al reino de los cielos.

La cita de hoy nos aclara que no hay otra manera de tener fe, mas que por estar expuestos a la palabra de Dios y para estar expuestos a ella, tenemos que oírla, ya que es la manera en la que entra a nuestro entendimiento, que nuestra alma la digiere y nuestro espíritu se aviva por ello.

Hay quienes dicen que llevan su relación con Dios «a su manera», cuando la Biblia nos dice que es nuestra responsabilidad asistir a la iglesia y oír la palabra de Dios para aprender a conocer a nuestro Dios y alimentar nuestra fe.

No se en que haya decidido usted creer, pero si eso que usted cree, no le consta que viene directamente de la palabra de Dios, le aseguro que esta equivocado y que tiene una fe a medias, por tal mi invitación del día de hoy, es primeramente a que se familiarice con su Biblia, si no tiene una, compre una, hay unas versiones muy fáciles de leer como la NVI (Nueva Versión Internacional), o la Traducción al Lenguaje Actual que son versiones con palabras actuales y que quitan todas esas palabras «difíciles», le invito a que a diferencia de lo que pudo haber creído la Señora del principio de éste relato, creamos en el mismo Dios, aquel que nos dejó su palabra, aquel que nos hará resucitar de los muertos y junto con el cual gobernaremos este mundo en el que vivimos por mil años mas antes de entrar en la morada eterna en el Reino de los Cielos.

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