Ayer platicaba con una persona que tiene muchos años en una relación matrimonial difícil, tienen años hiriéndose y ofendiéndose mutuamente y hacen cosas a espaldas del otro, no con el objetivo de lastimarse sino por mera costumbre, al pensar en ellos reflexionaba que muchas veces en nuestras relaciones cotidianas, sin necesidad de llegar al extremo de estas personas nos podemos encontrar en la misma situación, hay cosas que omitimos o que simplemente hacemos y no comentamos a espaldas de quienes amamos o de quienes convivimos cotidianamente que ya no tomamos en cuenta, esto va  haciendo retiros de nuestra cuenta bancaria emocional y hace que las relaciones se desgasten y lo mas triste es que perdemos nuestra oportunidad de tener intimidad con esa persona.
 
No se cuanto se pueda usted dar el lujo de perder a un amigo(a) por no poder confesarle su enojo o las cosas que hizo o hablo con respecto de el o de ella, me imagino que debe de ser muy difícil encontrarle en la calle o en las reuniones y no poder saludarle bien; estas son heridas que como las de la carne pueden llegar a infectarse y causar un gran daño tanto en nosotros como en las personas cercanas, la Biblia nos enseña que para poder sanarlas no existe mejor remedio que la verdad, el que nos confesemos los unos a los otros para poder orar por esas personas, nótelo, no es un requisito el perdón inmediato pero si la disposición a hacerlo por medio de la oración.
 
Hace unos días fue Yom Kippur la fiesta del perdón del pueblo Judío, ¡imagínese! Tienen un día al año donde perdonan a todas las personas y hacen un acto de reflexión para ponerse a cuentas con los que han ofendido, que maravillosa forma de sanar todas las heridas y empezar un nuevo día completamente en ceros en nuestra lista de ofensas dadas y recibidas no?
 
En Cristo no necesitamos un día especial al año para hacerlo, tenemos la oportunidad y la capacidad en El para tener nuestra cuenta emocional balanceada todo el tiempo, hagamos como dice la palabra para vivir una vida mas sana y ser cada día mas como Cristo. 

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