Al leer la cita de hoy, es casi imposible el evitar pensar en mi Pastora de Torreón (Cuquita), ella una y otra vez me recordaba esta palabra, ella oraba para que mi corazón fuera guardado por el Señor, y hoy varios años después puedo entender el por que de su recomendación y oración.
No se si recuerde en su adolescencia la primera vez que se enamoró y le partieron el corazón, si, creo que hasta sonrió solo de recordarlo, en mi caso, creo que hasta deje de comer por uno o dos días, y no tanto por lo que amara a la chica en referencia, sino por el gran desengaño que sufrí, ya que por primera vez expuse mi corazón y alguien simplemente jugó con el.
Hoy en día es muy común que las personas decidan ser emprendedoras y pongan negocios nuevos e independientes o que otras personas se pongan apasionadamente la camiseta de la empresa donde trabajan, o bien hay aquellos que lo llevan al extremo y lo hacen con el equipo de football de su preferencia, y están en el constante peligro de que pasen por lo mismo que pase en mi adolescencia.
Por que le comento esto; recuerde que como hijos de Dios no nos debemos a nosotros mismos sino a la voluntad de El, somos enviados a esta tierra a ser bendición para nuestros semejantes y a dar la vida que Cristo puso en nosotros a aquellos que no le conocen, por tanto, si usted entrega su corazón precipitadamente a alguna persona o trabajo o cualquier cosa ajena a Dios y sufre una decepción, corre el peligro de no tener la capacidad de transmitir la vida a aquellos a quienes fue usted enviado.
El día de hoy le invito a orar y a reflexionar sobre ésta palabra y pida al Señor le enseñe a guardar su corazón para El, y le bendiga por hacerlo en obediencia, y sea usted un canal de vida para muchos.