El otro día por la tarde invité a unos amigos a comer a casa y en la sobremesa hablábamos sobre el tiempo que invertimos en leer correos electrónicos de cadenas y aunque muchas de ellas hablan de mensajes de edificación, son muy pocos de ellos los que tienen un respaldo bíblico, con esto entiéndase que no pretendo demeritar ninguno de ellos, solo que toda inspiración de hombre que no tenga un respaldo de Dios, no deja de ser un esfuerzo de vano y termina siendo solo un correo «bonito».

Muchos de estos mensajes contienen condicionantes que ponen en tela de juicio nuestra fe ya que contienen frases como «si crees en Dios reenvía este correo», lo triste de esto, es que la fe no tiene nada que ver con el reenviar un correo o no, sino con cuanto de este correo se queda en su corazón y cuanto de el pone en práctica.
La Biblia habla de que la fe viene por el oír y el oír la palabra de Dios, lo cual es muy lógico ya que no podemos creer en un Dios del cuál no conocemos nada.
La cita de hoy nos dice que si damos lo que corresponde a Dios (el 10% de todo lo que tenemos) no nos faltará alimento y seremos altamente bendecidos, yo le quiero invitar a reflexionar…. imagine que usted diezma su tiempo a Dios y en vez de confiar en la sabiduría de los hombres invierte ese tiempo en buscar de Dios.
Ojo!, por favor no entienda que no lea correos de cadenas, sino que simplemente imagine la bendición de dedicar ese tiempo en la palabra de Dios, imagine cuanto crecería su fe.
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