Si lo pensamos detenidamente, qué sencillo es que nos roben algo que nunca tuvimos, pues de esa manera no lo vamos a extrañar, no lo cree?, pues justo eso es lo que el Diablo pretende hacer y al menos lo logra con todos aquellos que no han decidido hacer un alto en su caminar y cuestionarse cual es el verdadero plan de Dios para su vida.

Génesis 1:26 nos revela que Dios nos hizo a su imagen y a su semejanza, es decir nos hizo como él (imagen), pero pocos profundizan en el hecho de qué es lo que nos haya querido decir por medio de su “semejanza”, pues para muchos quiere decir que no es igual, es semejante, es decir, un poco diferente, pero eso contradiría el hecho de que nos ha hecho a su imagen es decir iguales.

Hay una versión de la Biblia llamada “The Message” que nos dice que Dios nos hizo a su imagen y con la capacidad de expresar la naturaleza de Dios, es decir la semejanza tiene que ver con el carácter y la personalidad que Dios nos ha dado y con ello denota las cosas que habremos de poder hacer y las actitudes que Dios espera sembrar en nosotros por medio de su Espíritu Santo y que sean parte de nuestro diario acontecer.

Ahora si todo tiene sentido, Dios nos hizo iguales a él, es decir, somos sus hijos, por qué habríamos de ser diferentes?, y nos dio la capacidad de expresar su naturaleza, su carácter y su manera de proceder, es decir, la santidad, la bondad, la humildad es algo que nos es dado desde nuestra creación, solo que lo desaprendimos en nuestro diario vivir y en nuestro convivir con otro tipo de seres y personas que insisten ser diferentes a Dios y no semejantes a él.

Si lo piensa, en automático, sobre todo cuando pecamos, nos sentimos ajenos a Dios, como si nuestro actuar nos alejara de él y la culpa nos invade, de manera que podemos percibir qué hay un gran abismo entre nosotros y él, pero si leemos su palabra (La Biblia), notaremos que el mejor momento para acercarnos a Dios y reclamar esa naturaleza de la cual nos proveyó desde un principio, es cuando más mal estamos, pues es cuando entenderemos que no es por mérito propio, sino por gracia, porque hemos sido rescatados que algún día seremos “buenos” ó bien expresaremos esa naturaleza de Dios de la cual nos habla el pasaje de Génesis.

Por tanto, qué es lo que el Diablo pretende robarnos?, sencillo, nuestra identidad, en el momento que nos haga entender que somos ajenos y distantes a Dios, ya no tiene por qué ocuparse de nosotros, pues haremos todo tipo de cosas que nos serán inútiles, pues siempre se tratarán de nuestra carne y no de nuestro espíritu y siempre fracasarán.

La verdaderamente única manera de contrarrestar el efecto del Diablo es perseverar en el carácter de Dios y este solo lo recuperaremos haciendo de Yeshúa (Jesús) nuestro Señor y Salvador y recibiendo el Espíritu que Dios nos promete, para que éste nos cambie la manera de pensar y de actuar (vea cómo refrenéis Romanos 12:2 y Efesios 4:23).

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