Es interesante pensar que muchas personas suelen creer que la Biblia es un libro manipulado por los hombres, empezando por el hecho de que en realidad, si lo pensamos detenidamente, qué ganaría quien escribiera un libro para manipular a otros si no existe un gobierno (humano) central de la iglesia, si no existe una afiliación oficial y no existe una dependencia económica de quienes “manipularon la Biblia” y quienes la leen.
En realidad esas son las cosas que nos hace creer nuestro enemigo, pues nadie conoce la Biblia tan bien como el Diablo, quien no está demás el hacerlo notar, tiene su estrategia basada en confundirnos acerca de la palabra y la usa en nuestra contra, lo cual le viene muy fácil y muy sencillo, ya que no la conocemos y nos solemos ir con lo primero que nos dicen.
Lo emocionante de todo este asunto, es que la Biblia confiesa acerca de sí misma muchas cosas diferentes de las que solemos creer, porque lejos de manipularnos y lejos de querernos obligar a hacer cosas que no queremos, tiene la capacidad de darnos libertad, tiene la ventaja de que nos consuela y anima ó bien, tiene el poder de sanarnos como lo dice la cita de hoy.
Cuando hablamos de que la palabra nos sana, empieza por el hecho de darnos rumbo y nos libra de todos esos engaños y mitos que tenemos acerca de Dios, de las cosas que hace alrededor de nosotros y del plan en específico que hace por nosotros.
Piénselo de esta manera, esto es lo que yo he alcanzado a entender en mi meditación personal acerca de la palabra, cada vez que nos conformamos con un “Dios poR algo hace las cosas” queda en nuestro corazón un sin sabor, una duda y una incomodidad, pues no nos queda el claro el sentido de ese famoso “por algo”, yo eso nos va aislando de manera automática de Dios y nos hace perderle la confianza y esto viene del hecho de que aunque creemos tener una relación con Dios, en parte no nos queda claro, pues no le escuchamos y no le entendemos.
Empezar a escuchar a Dios, la respuesta a los “por qué´s” que tenemos y todas las dudas que nos puedan asaltar están en la Biblia y en ella está la manera inicial en la que Dios nos hablará, ya que no es un libro común como los demás, la Biblia no solo da conocimiento intelectual como lo hacen los demás, sino tiene la capacidad sobrenatural de dar revelación, es decir un conocimiento que no solo va a nuestra mente, sino que llega y alimenta a nuestro espíritu el cual nos abre el panorama del mundo espiritual y sobrenatural que Yeshúa (Jesús) y el Espíritu Santo desataron en la tierra, para que habitemos en el, de modo que ni el mal, la pobreza a la enfermedad puedan tener efecto alguno en nosotros, lo ha pensado?
La palabra de Dios descrita en la palabra es un constante bálsamo para nuestro ser si decidimos tomarla como eso, como la palabra de Dios, si pretendemos entenderla como la mala intención de alguien más, nos hará mucho daño, pero no por el efecto de la palabra misma, sino a causa de la dureza de nuestro corazón, por lo cual debemos de tener mucho cuidado, mucha cautela, pero sobre todo mucha apertura para que al leerla, sintamos la presencia de Dios quien pretende acompañarnos y tener todos los efectos que le he mencionado que tiene y muchos otros.
No tiene que leer toda la Biblia para comenzar a experimentar sus efectos, solo tiene que abrirla en el inicio y con la actitud adecuada y leer continuamente y notará cómo su mente, su corazón en incluso su cuerpo mismo empezarán a experimentar ligereza, armonía y sanidad, obvio tiene que permitirlo, si lo hace con dudas y con ganas de que no suceda, ni Dios mismo puede obligarlo a recibir algo que usted no quiera.
No solo le invito, le reto a que lo haga y que me comparta el increíble efecto de lo que Dios dice acerca de su palabra y como transforma la manera en la que piensa y en la que vive.