Para la gran mayoría de las personas, el leer la Biblia ó mejor dicho la idea de leer la Biblia les resulta tedioso, primeramente porque su conciencia les acusa de manera constante y tienen la idea de que se encinttarán con un montón de reglas y señalamientos que solamente les harán sentirse culpables y segundo por el hecho de no tener idea con qué se puedan encontrar que les pueda interesar, ya que por lo general viven “bien” (bien a secas) sin mayor problema sin haberlo hecho antes, por tanto no lo consideran siquiera necesario.

De hecho, esa es una de las razones por las cuales muchas personas aseguran el no entender la Biblia cuando la leen, pues como no tienen interés alguno en hacerlo, no encuentran nada con qué relacionarse al haberlo y el tedio se hace presente de inmediato.

De hecho muchas personas no tienen siquiera idea de porqué Dios se tomaría la molestia de escribir un libro tan largo y tan complicado, si según la gran mayoría, todo se resume en amor y no hacer daño a nadie, aunque en realidad no es así, el propósito es mucho más profundo, pero no por ello más complejo que eso.

No creo ser capaz de podré expresar todo el propósito de Dios al escribir la Biblia en solo unas líneas en esta reflexión, pero creo que puedo darle una buena introducción para que usted se anime a investigar el resto.

Una de las cosas que Dios pretende en la Biblia es dejarle claro que la bendición es siempre antecedida por el orden, es decir, el orden es la condición de la bendición, donde no hay orden, el poder de Dios no fluye, pues no existe el ambiente adecuado para ello y es por eso también que la Biblia siempre menciona lo que va primero, lo que le sigue y lo que va después, de modo que no tengamos que preguntarnos “qué es lo que tenemos que hacer para que Dios nos bendiga?” y actuemos en consecuencia.

El otro motivo que me emociona y que tiene que ver con la cita del día de hoy es el hecho de que Dios pretende que le conozcamos por medio de su palabra, ya que esta lejos de llenarnos de reglas y requisitos, nos describe detalladamente el carácter de Dios de manera que aprendamos a temerle y aquí quiero hacerle un pequeño paréntesis.

Para los que piensan que temor y miedo son sinónimos, les quiero desengañar y dejarles claro que están equivocados, mientras el miedo refiere a lo desconocido, el temor lo hace a lo conocido, de modo que cuando la Biblia nos habla de “temer a Dios”, se refiere a saber lo que Dios va a hacer, pues conocemos su carácter y sabemos cómo reacciona y actúa ante cada circunstancia, es ahí donde citas como Proverbios 1:7 cobran sentido pues declaran que el principio de la sabiduría es el temor a Dios, tiene sentido lo que le estoy diciendo?

A lo largo de explorar la Biblia he aprendido que la mejor señal de que agradamos a Dios o bien que nos podamos considerar sus amigos, es que nos revele el futuro, de manera que podamos caminar confiados y en la dirección correcta, a poco no le emociona leer esto?

De modo que Dios todo lo que espera cuando nos alienta a leer su palabra es a conocerle y a disfrutar las mieles de su amor, además de descubrir con certeza cada una de las maravillas que tiene preparadas para nosotros!

Note como el Profeta Jeremías cambió su actitud ante la palabra de Dios al entender este principio, pasó de solo leer a devorar la palabra, se supo a sí mismo propiedad de Dios pues encontró su propósito en cada renglón que leía y sabe, esa es la misma promesa y oportunidad tenemos usted y yo, Dios solo quiere cortejarnos y enamorarnos, todo loq si Él espera es que le demos oportunidad y que le conozcamos “como Dios manda”.

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