Para muchas personas, el tener una relación con Dios es algo personal y que no les incumbe a los demás, al grado que llegan a declarar que tienen una relación con Dios a su propia manera, sin tomar en cuenta lo que Dios pudiera decir u opinar, lo ha pensado?
Esto que le digo no es algo malo, solo es algo natural, pues nos hemos acostumbrado a vivir en una rutina en la que constantemente «le fallamos” a Dios y eso pudiera exhibirnos ante las personas de nuestro alrededor, a la gente de la iglesia y nos podría incluso tachar como malos hijos de Dios y es por eso que vivimos tan a la defensiva y es por eso que todo el tiempo estamos tratando de ocultar lo que verdaderamente pasa en nuestro corazón y lo que no hemos podido lograr de acuerdo a los estándares que las personas y nosotros mismos nos imponemos para poder llevar una vida “santa”.
Las personas marcadas por esta incapacidad de llevar una vida “adecuada” han hecho terribles declaraciones como “Dios me creó para ser feliz, más no perfecto”, con la intención de aligerar la carga de su consciencia y con la intención de quitar un poco de la presión que las personas a su alrededor pudieran estar generando y sobre todo ante la incapacidad de vivir de manera distinta, y es por eso que vivimos con tantos pretextos y tantos argumentos que en realidad no nos sirven de nada, ni ante las demás personas, ni para con nosotros mismos y tampoco delante de Dios.
Creo que debemos de empezar por hacer consciencia de una cosa muy pero muy importante, el entender que Dios nos ama, pero ojo!, no porque Dios nos ame, quiere decir que nos acepte como somos, debemos de entender el concepto de amor que Dios tiene para poder empezar a caminar de su mano y empezar a amar como Él ama, pero más importante todavía, aprender a ser amados por Él para poder ser transformados por ese mismo amor, así que ponga mucha pero mucha atención.
Si resumimos todo lo que dice la Biblia acerca del amor de Dios, podemos entender que uno no puede amar a quien no conoce, de modo que uno tampoco puede obedecer a quien no ama, tiene sentido lo que le estoy diciendo?
Es por eso que Dios en repetidas ocasiones a lo largo y ancho de la Biblia, nos recuerda que Él nos conoce mejor que nadie, incluso que nosotros mismos, pues Él nos creó y nos formó desde el vientre de nuestras madres, eso quiere decir que Él mejor que nadie sabe de antemano cuantas veces le habremos de fallar, de qué manera le habremos de fallar y lo que hay guardado en nuestro corazón ante cada situación y aún sabiendo esto y entendiendo la inmundicia que pudiera haber en el corazón de cada quien (recuerde que para Dios es igual un mentiroso que un asesino, en términos de pecado, todos los pecados tienen como paga la muerte) de todas maneras Dios hizo efectivo el sacrificio de la cruz para cada uno de nosotros sin importar la dimensión, duración ó intensidad de nuestro pecado, nos conoce tan bien, que entiende exactamente todo lo que necesitamos.
Es por eso que nos es tan necesario conocer a Dios, pues en realidad la mayor parte del tiempo convivimos con una versión de Dios que en realidad no existe, sino que está adaptado a nuestra consciencia, a nuestro estilo de vida y a nuestro conocimiento limitado de quien en realidad es Dios, de manera que también tenemos el efecto limitado de un dios que en realidad es un ídolo, pues se parece más a nosotros, que nosotros al Dios de los Cielos que describe la Biblia.
Cuando entendemos que Dios número 1 nos ama a pesar de nuestro pecado, pero número 2 quiere que seamos transformados de regreso a su imagen y recuperemos la capacidad de expresar su naturaleza (semejanza), es cuando dejamos de justificarnos en nuestra manera de vivir y las mil y un razones que existen para que vivamos de la manera que lo hacemos, es cuando empieza la transformación hacia la verdadera santidad (la cual no tiene que ver con el no pecar, ojo!), y es cuando Dios empieza a tener un efecto verdadero y tangible en nosotros, tal como lo describe la cita de hoy.
Nota como la cita empieza a hablar de un escudo?, por favor no se confunda, ese escudo no nos protege solo de lo que nos pudiera pasar, sino es un escudo para nuestro corazón, para que no seamos heridos, pero también para que no tengamos pensamientos equívocos acerca de quien es Dios y de lo que pretende hacer en nosotros, segundo, habla acerca de la gloria, es decir de los éxitos no mundanos, sino eternos que habrá en nuestra vida, habla de los éxitos en el dominarnos a nosotros mismos y a nuestra lengua de manera que hablemos bendición y seamos un factor de cambio, a causa de no ser víctimas de nuestro entorno, sino que hayamos permitido a nuestro entorno ser transformado por nuestra presencia y por último, caminaremos con nuestra cabeza en alto siempre, no porque podamos estar orgullosos de quienes somos ó lo que hayamos logrado, sino porque a pesar de nuestras constantes fallas, siempre la sangre de Yeshúa (Jesús) habrá superado, limpiado y perfeccionado todo en nuestro caminar, pues esa es la promesa de Dios.
Por tanto, le invito a reflexionar en esto, Dios ha planeado que entremos en una condición de reposo al estar con Él, Él no pretende que seamos perfectos delante de Él para ser aceptos, Él pretende que seamos dóciles y le permitamos ser Él quien nos perfeccione día a día, de manera que podamos ser tal cómo Él es, segundo, Dios no desprecia a quienes pecan, por el contrario, dio su vida por ellos (nosotros), sin embargo aborrece al pecado y pretende hacer uso constante de la sangre de Yeshúa (Jesús) y su efecto para que dejemos de pecar, y entremos en la dimensión de lo eterno y lo glorioso y por último, Dios pretende protegernos de nosotros mismos y de nuestras consciencias, para que lleguemos al punto que su voz sea tan fuerte en nosotros de manera que nada en este mundo nos pueda afectar, acusar e incluso dañar a pesar de nuestras fallas y de nuestra incapacidad de ser santos por nosotros mismos.