Últimamente me ha tocado el leer mucho esa frase que circula en las redes sociales que reza “La Biblia es el único libro donde el autor está presente cuando lo leemos”, y creo que es un principio fascinante, pues tiene que ver con el hecho de que no solo nos encontraremos con las letras plasmadas en el libro sino con la revelación que viene de lo profundo de la eternidad que nos hace ver los principios del Reino en medio de lo simple de las letras.
Pero el hecho tiene que ver más con la intención que con el acto mismo, pues he escuchado el testimonio de miles que han abierto las páginas de una Biblia y no han “entendido” nada y luego la tachan de ser un libro difícil de leer, lo ha escuchado?, le ha sucedido?
Como le decía tiene más que ver con la intención que con otra cosa, pues la Biblia es un libro que en términos planos está ahí para que conozcamos el corazón de Dios, pero hay quienes se acercan ella y la leen con la intención de justificar su propia manera de vivir no con la intención de conocer a Dios, es como si leyeran un recetario de cocina con la intención de aprender a reparar un coche, espero que la comparación tenga sentido.
Éste es un principio que enseño todos los días y que es básico en nuestra vida de fe, por favor ponga mucha atención:
No podemos amar a alguien ó a algo que no conocemos y solamente obedecemos quien amamos.
Por tanto, podemos entender que quien no conoce a Dios no le ama y por ello está más que claro que las personas que nunca se han tomado la molestia de leer la Biblia para conocer a Dios, tampoco le obedecen (Juan 14:24), y esto no lo digo con la intención de establecer un juicio, sino con la intención de crear justicia.
De modo que si nos acercamos a Dios con la intención adecuada, entonces tendremos la garantía de su Espíritu Santo acompañándonos y revelándonos aquello que muchos llaman “los secretos del universo” a la par que leemos lo que para muchos son palabras simples.
Piénselo de esta manera, Yeshúa (Jesús) hablaba en parábolas, en historias simples, para que los que solo estaban buscando sentirse bien, lo hicieran, pero aquellos que anhelaban más de Dios aquellos que buscaban si corazón, encontrarían revelaciones profundas que vienen del corazón de Dios y que transforman vidas con el puro hecho de entrar en contacto con ellas, es por eso que Yeshúa (Jesús) decía “el que tenga oídos para oír, que oiga”, es decir el que quiera obedecer, ponga atención, pues esto no es una fábula, esto no es una historia entretenida, es un principio de vida profundo que transformará el entendimiento.
Pero como siempre suelo decir, Dios es un caballero y no va a obligar a nadie, ni a imponer un yugo en quien no está interesado en cambiar su manera de vivir, de eso se encarga el Diablo con sus engaños, no lo ha pensado?, hay personas que nunca han leído la Biblia y aseguran que es un libro limitativo, siendo que tiene unas cuantas reglas, pero miles de promesas que se cumplen día a día en quienes deciden conocerlas, creerlas y desatarlas en su vida y lo mejor, ninguna de ellas es condicionada a otra cosa que no sea la apertura del corazón, el conocimiento de la voluntad de Dios, la cual no es difícil y la paciencia.
Por tanto, es mi momento de hacerle la siguiente pregunte “será que usted no lee la Biblia porque no tiene la intención de obedecerle?”, si es así, estoy seguro que las pocas veces que lo ha hecho no ha entendido ni “j”, pues estaba buscando cualquier otro pretexto ó cualquier otro motivo al leerla que el obedecer y desatar el Reino de Dios en usted, así de simple por bobo que parezca.
Tómese un tiempo, ore antes de leer, sincérese con Dios y dígale que todo lo que tiene usted por intención es conocerle y ser parte de ese Reino que no obedece las cosas de la tierra y permita que Dios le hable mientras lee, se dará cuenta que todo el tiempo tendrá una voz que le habla de manera complementaria a lo que está leyendo pero que amplifica de manera exponencial cada letra frente a usted.