En muchas ocasiones hemos escuchado que solamente aquello que sembremos, habremos de cosechar y a pesar de que lo escuchamos e incluso lo repetimos de manera constante, no es algo que en realidad llevemos a la vida cotidiana y lo apliquemos en nuestro diario vivir, solo lo usamos en las ocasiones ó que vamos a reprender a alguien ó bien cuando queremos usarnos a nosotros mismos como ejemplo, le ha sucedido?
Esta es una declaración sumamente poderosa, tiene un efecto de gran trascendencia en todo lo que hacemos cuando tenemos consecuencia de ella, pues no solo es una frase sabia, sino es una promesa de la Biblia y viene avalada y amparada por Dios, lo había pensado?
El detalle radica en el hecho de que normalmente no solemos aplicarla en todos los aspectos de nuestras vidas y no vivimos en la consciencia de qué es lo que sembramos, en quienes lo hacemos ó cuales podrían ser las cosechas que levantemos, de modo que en nuestro caminar existen todo tipo de cosechas y todo tipo de frutos que las personas a nuestro alrededor saborean, ya sea dulces y vistosos ó amargos e incómodos.
El pecado, aunque muchos creen que “no pasa nada” es una siembra diaria, según la Biblia tiene una sola paga, la muerte, pero no solo la muerte física y espiritual, sino la muerte en todo aquello que nos rodea y en todo lo que está relacionado a ese pecado, las relaciones y las personas con quienes compartimos, los bienes y los lugares donde los cometemos y así sucesivamente, no sin tomar en cuenta nuestra consciencia de que un momento a otro se convierte en una gran nube negra que nos persigue.
De modo que cuando volteamos atrás, venimos arrastrando con nosotros una gran carreta de pesares, de pendientes que nos acusan, de malos pensamientos que nos acosan y las muchas sensaciones y sentimientos que no nos dejan vivir en paz, por más que pretendamos que no es así.
Pero piense en esto, Dios lo planeó todo de manera contraria, Dios todo lo quiso como algo mejor ya algo más sencillo para nosotros y planeó que cuando volteásemos hacia atrás, no viésemos un lastre ni una carga, sino un gran ánimo y si no me cree, solo consulte el Salmo 23:6 que confiesa que el bien y el favor de Dios nos persiguen todos los días.
Nota la diferencia?, la vita de hoy nos dice que nuestra vida de pecado y de falta de consciencia acerca de la siembra que hacemos, nos hace arrastrar las consecuencias de nuestros actos y pensamientos como una carreta, sin embargo a quien vive en la plenitud de la consciencia de quiene es Dios, no carga nada, por el contrario, es perseguido por el bien, el amor inagotable de Dios y su favor!
Cuando medité acerca de esto la primera vez, me tuve que decir a mi mismo “wow!, si se puede vivir de otra manera!”, es decir, fue el momento en el que tomé consciencia que la vida no estaba diseñada ni planeada para cargar con pesares, ni para andar batallando con las personas ó las situaciones y que todo tenía el plan y la intención de Dios de ser sencillo y siempre próspero, de modo que no teníamos porqué el aguantarnos con las cosas que en nuestro limitado entender “Dios por algo” hacía, sino que debíamos de perseverar siempre en un todo y en algo abundante, así como la promesa del Salmo 23:6 y no como la cita de hoy.
Pero nos debe de quedar claro, no es algo que nosotros tengamos que perseguir, así como muchos siguen y persiguen señales de parte de Dios, sino es algo que debemos de creer y cuando lo creamos, nos será tan inevitable que nos perseguirá, a menos que decidamos de otro modo y hagamos a nuestra manera y andemos arrastrando nuestra carreta por todos lados, es justo nuestra decisión el tomar la promesa de Dios ó el vivir de acuerdo a nuestro propio y limitado entendimiento.
De modo que le invito a meditar en la cita de hoy y evalúe en su propia vida las cosas que no ha sembrado de manera adecuada y se atreva a cambiarlo, de modo que también cambie la terrible realidad de la cita de hoy por la asombrosa promesa del Salmo 23:6