Por alguna razón alguien decidió hacernos creer hace tiempo que existe tal cosa como la “fe ciega”, en la que simplemente nos “abandonamos” en Dios y Él de alguna manera oculta y misteriosa simplemente lo arregla todo a nuestro favor y como mejor nos conviene, aun cuando no lo entendamos, ni percibamos cómo ó qué es lo que hizo, pero sabe, si nos atreviéramos a creer eso, iríamos en contra de todo lo que la Biblia dice acerca de quien es Dios, de qué es lo que pretende de nosotros y cómo es que pretende interactuar con nosotros.

Una de las cosas que Dios nos deja más que claras en su palabra es que pretende hablarnos detalladamente y de cada una de las cosas que quiere hacer en nosotros y por medio de nosotros, por tanto debemos de entender que la comunicación es algo primordial para que nuestra fe pueda funcionar y ser efectiva, es decir, no podemos simplemente “creer”, sino debemos de saber en qué creer, para que de esa manera podamos perseverar y crecer en nuestra fe, es decir, que el cumplimiento de cada promesa y de cada palabra nos ayuden a cada vez creer más y además de esto formen en nosotros la actitud de la fidelidad como consecuencia de la presencia constante del Espíritu de Dios en nosotros.

Cuando nos atrevemos a creer en la palabra de Dios, empezamos a crecer en nuestra fe, pues el constatar la veracidad de la misma nos alimenta, nos anima y nos invita a conocer más, de modo que entramos en una nueva dinámica, en un ritmo de certeza, donde la constancia del Espíritu se hace la nuestra y la garantía de una vida llena de victorias es cada día más evidente.

Tome la cita de hoy como ejemplo de lo que Dios pretende para usted y para mi, piense como muchas personas comienzan su día, su negocio, su trabajo, su familia ó cualquier cosa que emprendan con un “si Dios quiere”, ignorando que simplemente Dios ya quiso!, es decir, Dios ya envió a su hijo, éste ya murió en la cruz por nosotros, ya pagó con su sangre por nuestros pecados y ya nos prometió que nos daría a su Espíritu Santo para que llenara nuestra vida de revelación y de poder, por tanto empezar nuestro día con un “si Dios quiere” es casi casi como negar que Dios esté en nuestras vidas ó que todo lo que ya hizo por nosotros no tuviera validez.

De modo que es emocionante ver cómo una simple palabra como la cita de hoy tienen mucho sentido cuando entendemos la condición de la promesa ante la cual estamos, pues si lo nota, esta no es una promesa para todos, sino para los entendidos, como verá es para aquellos que han decidido ser justos.

Por justos no entendemos a los buenos, sino aquellos que han decidido vivir de acuerdo a la ley de Dios, aquellos que han decidido hacer de la palabra de Dios su prioridad por encima de su entendimiento natural, pero esto no es una regla restrictiva, pues debemos de entender 2 puntos importantísimos antes de seguir adelante:

1.- Es imposible cumplir la ley, no hay hombre que pueda ser justo por sí solo.

2.- Yeshúa (Jesús) nos hace justos por medio de su sacrificio y su sangre, de modo que esta cita entiende que la promesa es para quienes deciden admitir que no son capaces de ser buenos, justos ni dignos por sí solos y han decidido aceptar la inminente ayuda de Dios para seguir adelante y caminar bajo el efecto del perdón absoluto y el amor inmerecido de Yeshúa (Jesús).

Habiendo entendido esto, debemos de entender un punto adicional que solemos ignorar con mucha frecuencia, solemos pensar que Dios es como nosotros y no al revés, por ello pensamos que Dios viene y se va de nosotros, siendo la verdad de que Él es la constante de nuestras vidas, de modo que nada de lo que Él dijo ó hace deja de ser, sino se mantiene, es por eso que dice la cita de hoy que si nos hacemos justos por medio del entendimiento de su sacrificio, su efecto en nosotros no puede ser más que cada vez mayor de modo que viviremos una vida de constantes victorias y de un efecto que va simplemente en aumento, no va y viene como estamos acostumbrados ó como a veces esperamos.

No le parece increíblemente maravilloso el hecho de que Dios lo tiene todo pensado de una manera tan perfecta que pareciera cuento, sin embargo sólo nos es necesario creerlo y simplemente será, sólo hay que aferrarnos a Yeshúa (Jesús) y a la promesa y esta sucederá, eso es tener fe y no todo lo que nos han hecho creer, genial, no?

Así que nos debe de quedar claro que todo lo que nos hace falta es conocer la palabra de Dios y por medio de ella a Él de modo que entre más le conozcamos, mejor será nuestra vida y menos tendremos que esforzarnos por ser “buenos” y seguir intentando cosas que no sabemos si es que sucederán, así se simple, usted qué opina?

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