Sabe, cuando Dios nos dice que nos hizo a su imagen y con la capacidad de expresar su naturaleza (semejanza), se lo aseguro que nos lo dice 100% en serio, solo que a veces nos aferramos en hacernos distintos a Dios, nos aferramos a que sea el pecado y nuestros malos hábitos quienes gobiernen en nosotros y no simplemente aquel que nos dio por default la bendición, la bondad y el poder del Reino de los Cielos.
Esto que le estoy diciendo se traduce en un mensaje muy sencillo: no será sino hasta que nos entendamos a la naturaleza de Dios que Dios empezará a derramar en nosotros su favor y su bendición, siempre que lleguemos delante de Él fingiendo ser humildes y queríamos que nos dé algo por lástima, simplemente incumplimos el plan de Dios y le aseguro que incluso ofendemos a Dios con nuestras ideas ignorantes acerca de Él, pues el no necesita pequeños seres indefensos a quienes “bendecir” y a quienes darles cosas lindas, por el contrario, Dios anda buscando coherederos, quienes no solo reciban los beneficios de su Reino, los entiendan como propios y los multipliquen para darlos a otros.
No se ha dado cuenta que Dios nos repite una y otra vez que dar es lo que no identifica?, en serio se lo aseguro, no es una frase “sabia” ni “alentadora” cuando la Biblia nos dice que es más bienaventurado el dar que el recibir, nos está diciendo, esto es específicamente lo que Dios espera de ti y es la consciencia de nuestra responsabilidad y de nuestra naturaleza de dar lo que hará que nos acerquemos a Dios sino a su plan y lo que desatará que Dios no retenga absolutamente nada de nosotros y ponga su Reino a nuestra disposición.
Aún más sencillo de entender, todos aprendimos en la escuela dominical que somos hijos de Abraham y si en realidad lo entendemos, podemos entender que su herencia también es la nuestra y por tal podemos entender que Dios pretende hacer de la misma manera que hizo con el famoso “Padre Abraham”.
Primeramente, debemos de quitarnos ese mito de nuestras mentes que nos dice que Dios “por algo” hace las cosas, espero que no se ofenda, pero solo los mediocres que nunca se han ocupado de conocer a Dios y leer su Biblia creen y dicen eso, pues una característica de Dios es que nunca va a actuar ni a nuestras espaldas y sin nuestro consentimiento, de modo que siempre nos avisa qué es lo que pretende hacer con y en nosotros, probablemente no nos revelará el cómo para que no nos afanemos, pero en definitiva siempre pretende decirnos el qué, de modo que no nos confundamos y no nos vayamos por la tangente y siempre nos apeguemos al plan, por tanto escuchar la voz de Dios es parte esencial de nuestro ejercicio de fe.
Ahora bien, note lo detallado del plan de Dios para la vida de Abraham (el cual sigue aplicando para nosotros), note como le da paso a paso qué es lo que va a pasar y cómo es que lo debe de entender, la cita de hoy nos lo revela.
Dios necesita que seamos de influencia, no hay bendición que sea solo para nosotros, por tanto nos dice y nos promete que hará de nosotros una gran nación, piense que Abraham no tenía hijos, por tanto Abraham era un hombre próspero, tenía siervos y estos tenían familias, y lo más importante, no solo les pagaba un salario, sino les enseñaba a vivir cómo él vivía, les enseñaba a adorar al Dios que él adoraba y les enseñaba a tener el mismo temor que él tenía, no eran solo un hombre y sus siervos, eran un pueblo, una nación, él era responsable de la vida de cada persona que habitaba en su casa y estamos hablando de más de 120 hombres y sus familias en el momento que Dios le llamó para que dejara a su parentela y se fuera a vivir a Canaan.
Esto nos quiere decir que el primer requisito que Dios tiene para bendecirnos, es que tenemos que permitir que su voz nos llene de modo que se cumpla esta condición, que dejemos de ser individuos y empecemos a ser una nación por la influencia que ejerceremos en las personas que nos rodean, no es algo que tengamos que hacer nosotros, sino algo que debemos de permitir que Dios haga en nosotros, si lo tuviéramos que hacer en nuestras propias fuerzas invalidaríamos el sacrificio de Yeshúa (Jesús) en la cruz, piénselo.
Una vez que hayamos dejado de vivir solamente para nosotros y empecemos a funcionar como una nación, se habrá cumplido la condición para la bendición, entonces Dios podrá derramar su favor en nosotros y empezaremos a experimentar la naturaleza que Dios nos dio de modo que tal como recibamos, empezaremos a dar y la bendición no solo llegará, sino comenzará a fluir en nuestra vida, eso será algo que ocasionará que la siguiente etapa de la cita de hoy se propicie.
Lo siguiente es que las personas a nuestro alrededor empezarán a notar el cambio, se empezarán a preguntar qué es lo que pasa en nosotros y nuestra nación que somos diferentes, nos verán a los ojos y verán que hemos cambiado y se hablará (ojo!, tanto bien como mal, pues siempre habrá detractores y envidiosos, pero fama es fama, ni la buena, ni la mala nos afectan, sólo es el cumplimiento de la promesa de Dios) y llegará el momento que no podremos evitar ser el foco de atención de muchos.
Y es justo entonces cuando los milagros comenzarán!, pues es cuando tengamos la atención de quienes no tienen ni idea de quienes somos, que podremos repartir y compartir la bendición con ellos y seremos bendición a muchos en lo emocional, en lo espiritual y se lo aseguro, incluso en lo económico, en cuanto más estemos dispuestos a dar y cumplir con nuestro papel de acuerdo a esta promesa, más fluirá en nosotros el favor de Dios, se lo aseguro, lo he comprobado de manera personal!
Por tanto, yo le reto, pruébelo, anímese a orar y a pedirle a Dios que le hable, que haga paso a paso lo que aquí promete, deje de tener una fe solo personal y empiece a ser de influencia, verá como no podrá evitar el que toda esta promesa se haga viva y constante en usted.