Muchas personas suelen orar, y muchas personas suelen pedir cosas a Dios, cosas así como la bendición, pero no todas las personas entienden el concepto de la bendición, ni la intención de la bendición de parte de Dios, se ha puesto a pensarlo?, de modo que muchas personas suelen tener una fe por así decirlo “genérica”, pues incluso pareciera que lo que Dios “quiera” darles está bien, sin entender que Dios lo dio todo (incluyendo su vida) por nosotros, para que no solo fuésemos bendecidos, sino para que tuviésemos vida en abundancia y no solo en esta tierra, sino por la eternidad, y aunque suena lindo, no muchos lo entienden.
Es por eso que es tan importante el leer la Biblia y conocer cada una de las historias que Dios tiene para nosotros, pues en ellas está el contenido y el objetivo para que podamos vivir adecuada y eternamente.
Por citar solo un ejemplo, podemos entender el concepto de bendición, el cual para muchos es un término que significa algo bueno ó algo agradable de parte de Dios para nosotros, pero si leemos la Biblia, podremos observar que Dios siempre usaba frases como “los bendijo y dijo”, de modo que no solo los bendecía “genéricamente”, sino que lo hacía (obvio lo sigue haciendo) por medio de sus palabras, es decir, les describía la bendición específica y el propósito de la misma para que tuvieran consciencia de ella, de modo que no solo la recibieran, sino la llevaran a cabo.
Una de esas bendiciones que me emocionan mucho es la bendición puesta sobre Abraham, que dice más ó menos así “haré de ti una gran nación, te haré famoso, te bendeciré y serás bendición para muchas personas”, lo nota?, no solo le da algo “lindo” ni algo “cómodo”, sino que le deja claro la condición para bendecirlo, no es para él solo, sino que debe de perseverar en ser influencia para muchos (obvio por medio del entendimiento de Dios) hasta ser un pueblo, luego habla de ser famoso, no por sus talentos ni su propia iniciativa, sino por el favor que Dios pondrá en él, de modo que su fama glorifique a Dios, luego le dará bendición (bendecir viene de bien-decir) es decir hablará las cosas que habrán de venir sobre él para que él haga justo lo mismo con quienes le rodean (uno de los objetivos de Dios es que hablemos profecía y declaremos las cosas que han de pasar de parte de Dios a las personas, cómo referencia vea el capítulo 14 de 1 Corintios).
De modo que debemos no solo de entender que Dios hará cosas “buenas” por nosotros, sino que cada una de esas cosas que Dios hará en y por nosotros tienen un propósito el cual nos habrá de ser revelado junto con la bendición de modo que vivamos enfocados en los propósitos de Dios y no solo en nuestra comodidad.
Es ahí donde las citas como la del día de hoy cobran sentido, pues dejamos solo de pedir para empezar en perseverar, en ser no solo bendecidos, sino los primeros en recibir bendición y ser los mejores en todo, aún en ser bendecidos, es una carrera por conquistar el corazón de Dios, de modo que entre más recibamos, más demos, de modo que Dios siga aumentando su confianza en nosotros y nos llene de su favor y su abundancia no solo sea en nosotros, sino sea parte de nuestra personalidad.
Por lo tanto podemos entender que tener fe no es solo creer en algo y aferrarse a ello, sino es una carrera en el perseverar en las promesas de Dios, en el creer más que solo cosas “lindas” y “agradables” sino creer en el cumplimiento de las intenciones de Dios para nosotros y de regresar a nuestra identidad a su imagen y capacidad de expresar su naturaleza (semejanza), lo había considerado de esa manera?, tener fe se convierte en una forma de vida y en algo dinámico y vivo y no solo en algo que hacemos de vez en cuando.
Cuando entendemos la fe como una carrera, nuestra vida espiritual se llena de adrenalina, pues no sabremos conformarnos solo con el “ser bendecidos”, sino pelearemos por ser parte de la bendición para otros y por vivir constantemente en el extremo de la presencia constante de Dios, y lo mejor, esto sin tener que encerrarnos en un monasterio y alejarnos del mundo, sino viviendo vidas plenas en medio de lo cotidiano y enseñando a otros a tener fe como Dios lo enseñó a los hombres y mujeres de la Biblia para su gloria y su honra.