Muchas personas usan como “termómetro” de su relación con Dios las respuestas a sus oraciones, pero en realidad eso no es nada atinado, pues Dios no es un Dios voluble y no es que Dios nos “bendiga” cuando estamos “bien” con Él y no es que deje de bendecirnos cuando está enojado con nosotros, Dios ha tomado una decisión de amarnos, ha tomado la decisión de salvarnos y hará todo lo que sea necesario para encontrarse cara a cara con nosotros y ponernos en la condición adecuada no solo para que seamos bendecidos, sino para que seamos bendición a otros.

Entonces?, cómo podemos saber cómo están las cosas entre Dios y nosotros, aunque le parezca difícil de creer y entender, es sumamente sencillo de discernir, pues Dios ha puesto sobre nosotros las autoridades que merecemos de acuerdo a nuestro corazón y a nuestra condición para que podamos enderezar las actitudes que no nos convienen y fomentar aquellas que son adecuadas.

Piense esto, Dios pretende ejercer su autoridad sobre nosotros, pero ojo, autoridad y autoritarismo son 2 cosas distintas, Dios no va a imponer nada sobre nuestra voluntad, pero se hace de los medios necesarios para moldear nuestro corazón, de manera que crezcamos de ser rebeldes (el rebelde es quien se rehusa a la autoridad por ignorancia) a ser sujetos a la autoridad para luego pasar a ser autoridad nosotros mismos, recuerde que Dios nos envió a enseñorearnos de la tierra (Génesis 1:28), pero nos tiene que enseñar cómo.

Es emocionante ver y saber que no importa que tan buena ó  mala sea nuestra autoridad en nuestros ojos, es justo y exacto lo que necesitamos de parte de Dios, de modo que nada se le escapa, ningún detalle, todo está bajo su perfecto orden, todo es aquello como lo dije en un principio lo que merecemos, para que podamos crecer hacia esa medida y esa estatura perfecta.

De modo que si nosotros crecemos, nuestra autoridad también lo hará y si por alguna razón nuestra autoridad se rehusara a crecer, nos sería cambiada, pues la fidelidad de Dios es absoluta y nunca va a dejar de cumple su promesa y esta palabra de Romanos 13 es una promesa más que una advertencia.

Bajo autoridad entendemos todas sus formas, jefes del trabajo, maestros, pastores, maridos, autoridades del gobierno, Dios se representa a sí mismo en todos los niveles, pues piense esto, si no somos capaces de sujetarnos a nuestras autoridades en lo más básico, tampoco seremos capaces de sujetarnos al Dios que no vemos.

Es por eso que muchas personas tienen problemas con su fe, porque se han hecho un dios a su propia medida, bajo sus propias condiciones y se rehusan a tener una autoridad sobre ellas, y viven vidas terribles pues todo el tiempo están siendo sujetas a las consecuencias de sus propias decisiones y no están bajo el amoroso cuidado que Dios tiene de nosotros por medio de las autoridades que Él establece sobre nosotros.

Es un privilegio orar y bendecir a nuestras autoridades, pues es la mejor forma de reconocer a Dios en nuestras vidas y la mejor manera de mostrarnos dispuestos a hacer lo que Él envíe sobre nosotros y alinearnos a su voluntad.

De modo que esta mañana le invito a tomar un tiempo, a meditar acerca de sus autoridades, a entender lo que Dios pretende hacer por medio de ellas en su vida y a mostrarse dispuesto a aprender, a crecer y a ser parte del Reino que Dios ha establecido en la tierra, donde todo prospera de acuerdo a su voluntad y a su visión para nosotros, la cual no se equivoca, por el contrario nos protege y nos guarda.

Si hay algo que no le guste en su autoridad, deténgase, observe adecuadamente y verá que tiene más que ver con algo que no está bien en su corazón a algo que tenga esa persona, créale más a Dios que a su propia opinión, créale a la palabra descrita en Romanos 13, y póngase a usted mismo bajo la cobertura del Dios Todopoderoso que tiene control incluso de sus autoridades y le bendecirá de acuerdo a la disposición que tenga usted a sujetarse a ellas.

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Un comentario

  1. William Perez

    Bendigo sus vidas, y gracias por estos momentos para refleccionar