En muchas ocasiones nuestras oraciones, más que oraciones parecieran una lista interminable y constantemente repetitiva de ruegos y quejidos que pudieran cansar al más paciente, lo ha pensado?, obvio, hablo de experiencia propia y de las muchas pláticas que he tenido con las personas que tengo el privilegio de aconsejar.
El hecho es que en nuestras mentes y en nuestros corazones, estas cosas parecieran tan difíciles ó bien imposibles, que oramos, las pedimos, pero no las creemos y eso es un gran impedimento para que el Espíritu de Dios actúe en nosotros, pues sin fe, nada es posible.
Estamos tan familiarizados con nuestros problemas, que los conocemos tan bien, que sabemos cada uno de los detalles de lo que hacen, de cómo funcionan y el alcance que tienen, por otro lado, estamos tan desconectado del Dios de la Biblia y tan relacionados con el dios que por algo hace las cosas que perdemos de vista un detalle muy, pero muy importante que va a ser el factor determinante para que Dios por medio de su Espíritu pueda actuar en nosotros y de eso es de lo que le quiero hablar, ponga mucha atención.
Hace muchos años yo fumaba y lo hacía en serio, consumía 30 cigarros diariamente (los contaba) y tenía miedo de dejar de hacerlo, pues no sabía que hacer con mis dedos que estaban todo el día ocupados sosteniendo el cigarro, de hecho tenía un callo amarillo y duro en esos dedos de los años que tenía haciendo siempre lo mismo.
Ayer platicaba con una mujer quien pretende arreglar las cosas en su matrimonio, pero su marido y ella se han hecho tan ajenos el uno del otro y tan familiares de los comportamientos del otro, que no sabrían que hacer entre ellos si no es pelear y discutir, por tanto al igual que yo con mis “ganas” ganas de dejar de fumar, no veían como posible que su problema cambiara, pues no tenían un plan para después de que se solucionara.
Proverbios 29:18, dice que el pueblo que no tiene visión, camina desenfrenado, es decir sin rumbo, y de esa manera nos sucede a nosotros, el no tener un plan para el mañana, nos hace hacer una cosa un día, otra cosa otro día y siempre seremos víctimas de las circunstancias, de lo que otros hagan ó digan ó de las cosas que se nos vayan presentando, lo ha pensado?
Piense usted, si Dios le saca de su situación de deudas, y no tiene un plan para después, qué es lo más seguro que suceda?, lo más seguro es que su naturaleza le va a llevar de nuevo a endeudarse y sabe, eso va en contra de la naturaleza de Dios, pues Dios no hace cosas pasajeras ni temporales, todo lo que Dios hace es eterno, desde la sanidad más simple, hasta el milagro más poderoso que pueda usted experimentar, por ello tiene que haber una visión para aquello que habrá usted de hacer después de que Dios cumpla ó haga aquello por lo que usted ora.
De modo que en nuestra oración apoyada por la lectura de la palabra encontraremos esa visión específica que Dios tiene para nosotros una vez que haya cumplido aquello que pedimos, estamos hablando de ese famoso “propósito” del que muchos hablan, pero pocos se ocupan ó preocupan, el cual le convierte a usted como parte de ese Reino donde las respuestas de Dios, los milagros y el poder de Dios son una constante y somos invitados a participar.
La cita de hoy nos habla de eso, Dios nos liberará de nuestros temores, de nuestro pasado, de nuestro pecado y de todo aquello que se interponga entre nosotros y nuestro bienestar, pero siempre y cuando sea con la visión y el objetivo de servirle, y hacerlo con libertad, no haciéndonos religiosos ni aburridos, sino llevando su presencia y su palabra a todo lugar donde vayamos, de manera que su Espíritu (el de Dios) se manifieste por medio nuestro y podamos dar a otros de lo que hemos recibido (dar de gracia como recibimos de gracia), recuerde esto, Dios nos promete que su yugo es fácil y su carga es ligera (Mateo 11:30), de modo que nada “religioso” ni nada aburrido nos sobreviene, pero si un gran crecimiento y una vida llena de victorias y cosas emocionantes, piense que no en vano la Biblia nos habla constantemente de “bienaventurados”, pues habla de aquellos que se atreven y viven en la constante aventura de la bendición, cómo ve? se atreve a perseverar en el propósito y en la visión, para asegurar la bendición en su vida?