Por alguna razón a las personas les agrada y les atrae lo místico, y como es algo que no ven, lo suelen asociar con las cosas de Dios a quien tampoco ven, sin embargo al hacer ese tipo de suposiciones, corren el riesgo de perderse el efecto de Dios y sus promesas para su vida, y si me permite se lo voy a explicar.

Muchas personas tienen la idea de que Dios es es bueno y le digo que tienen la idea, porque en realidad no les consta y es una ilusión que tienen, que de una manera mística y no controlada les da acceso a un dios que en lo secreto y entre bambalinas actúa para llenarles el camino de cosas agradables a las que ellas llaman “buenas” solo porque las quiere y cuando no sucede aquello que piden, suelen consolarse y conformarse con la idea de que ese dios “por algo” hace las cosas, como si estuviese guardándose para darles algo mejor después.

En realidad Dios no es así, Dios no tiene un plan oculto para darnos cosas lindas y sus respuestas son mucho pero mucho más que un simple “si”, un “no” ó un “tengo algo mejor para ti”, todas las cosas que Dios tiene para nosotros, primeramente tienen un propósito, tienen una razón de ser y un objetivo, pero sobre todo, nos hace parte de ellos para que podamos ver y tener fe en quien Él es y sepamos de antemano lo que hará y que perseveremos en el creer.

Ahora bien, si Dios hiciera algo que no nos agrada, si Dios permitiera que algo difícil nos sucediera ó si Dios permitiera sufrimiento en nuestras vidas, entonces Dios sería completamente incongruente con su palabra, pues Él nos ha prometido que su bendición no acarrea tristeza, de modo, que todo lo que nos entristece y nos es desfavorable, no tiene que ver con la intervención de Dios, sino con todo lo contrario, con su ausencia en lo que hacemos.

Dios es un caballero, Él no va y no tiene porqué intervenir en donde no ha sido específicamente invitado, Él no tiene necesidad de actuar en su vida sin permiso para agradarle y ver si así le reconoce y se decide a tener una relación con Él, todo lo contrario, Él ha dispuesto todo su poder y todo su favor para quienes han decidido tener una relación con Él basada en el conocimiento de su palabra y en la obediencia a sus mandamientos.

Es por eso que me agrada la cita del día de hoy, nos ayuda a entender la diferencia entre la intervención de Dios y las consecuencias de nuestros actos a las que muchos llaman “suerte”.

La bendición de Dios no está ahí para hacernos felices y mucho menos para hacernos sentir cómodos, la bendición de Dios como lo dice la cita de hoy, está para enriquecernos, para hacernos crecer, para que podamos acercarnos más y más a tener el carácter de Yeshúa (Jesús), es decir, regresar a nuestra condición original a su imagen y a su semejanza (semejanza quiere decir el expresar la naturaleza de Dios), por tal no hay nada de lo que Dios pueda hacer en nosotros que nos entristezca, pues eso querría decir que no estamos de acuerdo con su carácter ó que nos rehusamos a actuar ó ser como Él!

Por tanto cuando aprendemos a discernir entre la bendición de Dios y lo que nosotros provocamos y pensamos, debemos de tener en cuenta lo siguiente, si aquello que Dios hace nos acerca a Él y a su palabra, entonces fue Él, si solo parece que por algo pasaron las cosas, ó lo que entendemos como bendición es efímero y sin rumbo aparente (es decir no se relaciona con la palabra de Dios), entonces es parte de nuestra propia fantasía espiritual y podríamos estar perdiendo nuestro tiempo.

Yo le invito a que tome un tiempo y deseche los “por algo” de su fe, y se enfoque en el Dios vivo que habla, y tiene intención en absolutamente todo lo que hace en, por y promedio de nosotros.

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2 Comentarios

  1. Graciela

    GRACIAS! Llega justo