El problema de la fe de muchos, es que insisten en pensar que los “milagros” y las “bendiciones” son cosas especiales que suceden esporádicamente, es decir que son cosas poco comunes y que además seguramente no merecen a causa de su manera pecadora de vivir, y es más un asunto de percepción que un asunto de de que Dios quiera ó no hacer las cosas, a veces solo tenemos que poner un poco de atención y veremos como es sencillo entender las cosas como Dios las entiende.

Primeramente tenemos que tener clara una cosa, Dios si quiere bendecirnos, es más, anhela hacerlo y está ansioso porque le demos oportunidad de que lo haga, todo lo que debemos de hacer es propiciar el ambiente para que la bendición fluya y los milagros sucedan.

Segundo, y creo que es vital para nosotros el entenderlo, la Biblia declara que no pertenecemos a este mundo, sino que somos embajadores del Reino donde Dios habita, por tanto debemos de entender cómo es que el ambiente espiritual funciona y le voy a poner un ejemplo muy común, cuando un país establece una embajada en otro país, todo lo que sucede dentro de la embajada, es decir a partir de que cruza uno la puerta, sucede tal como sucede en el país al que representa, aún cuando el país en donde se encuentra tenga una postura ó una ley ante un tema, todo sucederá de acuerdo a los lineamientos y las leyes del país al que representa, así sucede con nosotros, a veces nos dejamos influenciar por lo que vemos a nuestro alrededor, ó bien por lo que las demás personas nos dicen, pero es cuando nos entendemos parte de un Reino que no se ve, que empezamos a poder desatar esas cosas que necesitamos y esas cosas por las que oramos.

Por tanto debemos de entender que los milagros y las bendiciones no son algo esporádico que Dios a lo mejor hará si oramos lo suficiente, ó si nos portamos “bien”, sino algo común y cotidiano que es parte de nuestra identidad y que tiene que ver con el papel que venimos a ejercer en esta tierra, donde todo lo que nos suceda tiene que ver con el establecimiento y el ensanchamiento del Reino de Dios, es decir, somos siempre una embajada que hace que las leyes, los beneficios y todo lo que sucede donde Dios habita, suceda donde nosotros andemos.

Y es por eso que quiero abordar el famoso tema de caminar sobre las aguas, que más allá de tener que ver con un tema físico, tiene que ver con un tema de entendimiento, caminar sobre las aguas es algo que irónicamente mucha gente ha intentado sin éxito y no ven que es algo tan cotidiano en el Reino de los Cielos que podrían hacerlo diariamente en su entendimiento.

De hecho, me encanta que es una de las primeras cosas que aparece en la Biblia, lo había notado?, no hace falta mas que llegar al segundo versículo de la Biblia y Dios está hablando acerca de caminar sobre las aguas y es el Espíritu de Dios ó Espíritu Santo como muchos lo conocemos quien está caminando sobre las aguas y lo hace en un contexto muy especial y se lo voy a explicar.

Note como la cita de hoy tiene 2 escenarios completamente opuestos, el primero habla de desorden y vacío y el segundo habla de moverse por encima de las aguas, esto nos enseña una sola cosa que tiene que ver con todo lo que le hablé hace un momento, aún cuando en la tierra haya desorden y todo parezca perdido, quien se mueve en el Espíritu, siempre estará por encima de todas las situaciones.

Yo en lo personal siempre lo entiendo y lo explico de esta manera, las personas suelen abrir la Biblia al azar para encontrar una respuesta a sus problemas, pero en realidad la Biblia no es un oráculo que se dedique a hablarle a usted de sus situaciones, la Biblia habla de Dios y si usted la lee, lo único que sucederá es que aprenderá a conocer a Dios, lo cual nos lleva a lo siguiente, en Génesis 1:26, Dios declara que nos hizo a su imagen y a su semejanza (con la capacidad de expresar su naturaleza), por tanto si abrimos la Biblia para leerla y conocer a Dios, ciertamente nos aprenderemos a conocer a nosotros mismos y descubriremos nuestra identidad y nuestras capacidades, entonces, no le parece emocionante que Dios comience la Biblia diciéndole que no importa si el mundo está de cabeza, todo lo que necesitamos es su Espíritu y estaremos por encima de las situaciones, haciendo como Yeshúa (Jesús) caminando por encima de las aguas, descansando en lo ligero de su yugo y recibiendo todo aquello que el Padre nos promete, cuando vivimos para Él y con Él, creo que este, es un buen comienzo, no le parece?

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