Muchas personas pasan su vida preguntándose qué es lo que tienen que hacer para lograr agradar a Dios y que su bendición se derrame sobre ellas, ciertamente dicen amar a Dios, pero en realidad no tienen idea de quien es Él, pues si lo hicieran, sabrían perfectamente qué es lo que tienen que hacer, no lo cree?

Y esto no lo digo a modo de crítica, sino con la intención de que tomemos consciencia, esto pasa en todos lados, hay personas que pasan su vida entera en una iglesia, no importa cual y nunca terminan de recibir la bendición que buscaban (dicho de paso, esa no es la intención de ir a la iglesia) y nunca descubren ese propósito que Dios tenía para ellas.

Yeshúa (Jesús) lo dijo muy claro y muy sencillo, aquel que me ama, obedece mis mandamientos  (Juan 14:21), por tanto hay que conocer los mandamientos y a Dios para poder obedecerlo, en orden de poder demostrar nuestro amor hacia Él.

Pero muchas personas suelen ponerle medida a ese amor, es decir, para muchos, hay que ser un erudito de la palabra, ó bien hay que ser “especial” para poder servir a Dios, para poder obedecer y para enseñar a otros, sin entender que la Biblia es muy sencilla y es muy simple, enseña las cosas de manera que las entendamos nosotros con solo verlas y para muestra está la cita del día de hoy.

Pedro era el más sencillo de los discípulos, es decir era un hombre burdo y no estudiado, era un hombre que a veces era más impulsivo que analítico, era un hombre que se parecía más a la persona promedio de hoy en día que a alguien “especial”, sin embargo fue a él a quien Yeshúa (Jesús) le preguntó, si le amaba y lo hizo en 3 ocasiones y en 3 niveles, la tercera vez que este le preguntó, usó el término “agape” que se refiere al amor de Dios, a amar como Dios ama, a entregarlo todo por amor y era más que obvio que Pedro aún no llegaba a ese extremo (piense que después de esta escena Pedro negó a Yeshúa (Jesús) 3 veces, por miedo), pero era cierto que entre más lo conocía Pedro, más lo amaba, por eso fue cuestionado 3 veces, para que también le quedara claro cual era el camino y cual es la medida del amor de nuestro Dios a nosotros.

Pero Yeshúa (Jesús) no le puso una medida a Pedro y no le dijo “cuando seas un erudito de la palabra y cuando me ames como yo te amo, me servirás”, sino le dijo “si me amas, apacienta a mis ovejas”, es decir, no importa tu medida de amor y no importa tu medida de conocimiento, así como amas y así como sabes, trabaja para mi Reino y enseña a los demás.

Es precisamente por eso que fue Pedro el escogido para esta escena y no cualquier otro, pues es la escenificación de nosotros, nosotros somos igual de “rupestres”  (perdone que use este término) en términos del Reino de Dios, pero lo poco ó lo mucho que sepamos de él debemos de expresarlo y trasmitirlo y no esperar a que nos caiga del cielo y algún día seamos “especiales”.

Obvio, es nuestra obligación como hijos de Dios el leer la Biblia, si no, cómo habremos de conocer a Dios?, pero aquello que vayamos conociendo, eso podemos trasmitir con ello podemos alimentar a muchos, tal como Pedro que desde su condición empezó a servir y se convirtió en el más ilustre de los Apóstoles, pero no por lo mucho que sabía, sino porque entendió que Dios no le puso medidas, sino le permitió ser usado y ser perfeccionar por Él de manera que no era su boca la que hablaba, sino el Espíritu de Dios quien se manifestaba por medio de él, tanto en conocimiento, pero sobre todo en amor!

A veces sólo nos hace falta ponernos delante de Dios un momento para que nos cuestione si lo amamos, ahí tendremos que reconocer que no le amamos lo suficiente, porque no le conocemos lo suficiente, pero también ahí, Él nos mostrará como solo un poco de su amor es suficiente para que podamos servir y amar a otros y eso será nuestro motor para conocerle cada día más al grado de hacernos uno con Él así como Yeshúa (Jesús) lo oraba al Padre.

Por tanto le animo, también a usted Dios le envió a apacentar ovejas, también usted tiene no solo la oportunidad sino la responsabilidad de velar por otros en Cristo, tome su Biblia y vaya y enseñe a otros.

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