Para muchos, la justicia es que los malos reciban lo que merecen, pero en realidad eso es lo que los medios nos han querido hacer creer, pues la justicia va mucho más allá de pensar en quienes nosotros creemos ó consideramos malos y el castigo que juzgamos que merecen, en realidad la justicia tiene que ver con un concepto que viene de parte de Dios y de eso le quiero hablar esta mañana.
Piénselo de esta manera, justicia está directamente ligado con un concepto divino que aplica tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestra vida de fe y funciona de la misma manera, es decir la justicia no es otra cosa que el cumplimiento de la ley, sea esta la que usted quiera y guste, ya sea la de los hombres ó la de Dios, y el estar en justicia ó mejor dicho bajo justicia, nos pone bajo una coraza de protección, pues quiene s justo y cumple la ley, no hay nadie que pueda venir y alterar su estado ó su ambiente, ya que no hay nada en su contra.
Por tanto quien es justo, vive en verdadera paz, sobre todo en el aspecto espiritual, no porque una cosa merezca otra, sino porque la Biblia tiene un sinnúmero de promesas para aquellos que cumplen la ley y son justos, de manera que su vida está verdaderamente en manos de Dios, no porque Dios intercambie su obediencia por beneficios especiales, sino por el hecho de que el efecto del Reino de los Cielos se desata a quienes son justos lo cual propicia una mejor comunicación con Dios y su voz fluye mejor en nuestros oídos, pues no hay todo ese ruido entre nosotros y Dios como la culpa, los remordimientos, el juicio y nuestra opinión ante nuestra propia situación con la de los demás.
Note como Dios nos deja ver que el ser justos, es decir, conocer, amar y respetar la ley de Dios nos pone bajo una coraza que nos permitirá resistir a nuestro adversario y aún la tentación será pequeña e inefectiva para nuestro corazón, debido al alineamiento de éste a las prioridades del Reino.
El ser justos nos pone en la sintonía de Dios de modo que su voz se convierte en algo cotidiano para nosotros y por difícil que se nos presenten las cosas siempre nos será sencillo ver más allá de nuestras circunstancias y los problemas que nos acosen, ya que entendemos el efecto de lo que hacemos, de lo que pensamos y de lo que nos ocupa hacia un plano mucho más allá de las cosas pasajeras y efímeras que parecieran querer afectarnos, vemos el plan de Dios a largo plazo y no solo las cosas que nos pudieran pasar.
Por tanto, quiere una vida no libre de problemas, sino llena de la voz de Dios que le permita pasar por en medio de los problemas sin que le afecten?, no hay mejor remedio que conocer la ley de Dios y amarla, hasta que la obedezcamos, al grado que el efecto de sus promesas (las de Dios) nos persiga y haga de nuestra vida común, una vida extraordinaria, todo está en lo que esperemos del Padre y lo que permitamos que haga en nosotros.