En ocasiones no nos damos cuenta, pero sabe, aunque usted no lo note, la palabra de Dios tiene efecto en usted aunque usted no la conozca, es más no tiene usted que ser cristiano (creer en Cristo) para que esto suceda, la palabra de Dios es universal, pues fue creada para gobernar el universo y regularlo y a esta, nadie se le puede escapar y hay principios tan sencillos como la cita de hoy.

El hombre tiene por naturaleza el producir, a diferencia del resto de los seres en la creación el único que tiene la verdadera capacidad de producir y transformar es el hombre, pues ciertamente fue el único hecho a la imagen y a la semejanza de Dios, los animales no fueron hechos de esa manera.

También fue el hombre el único provisto de un libre albedrío y con la capacidad de decidir sobre su propio destino, no es como los animales quienes se reproducen de manera instintiva, siendo que el hombre determina en qué tiempo y con qué persona se casará y tendrá hijos ó si simplemente decide no hacerlo.

Pero ciertamente es parte de la naturaleza del hombre el producir, ya sean cosas buenas o malas, pero de que produce, lo hace.

La mejor y más poderosa herramienta que tiene el hombre para producir es su boca, esta determina la vida entera de las cosas que habrán de suceder al hombre y las cosas cosas que de éste saldrán y a su vez esta poderosa herramienta depende de lo que está lleno su corazón, pues los frutos de su boca emanan del corazón del hombre, es decir, no pueden hablar cosas buenas si no hay cosas buenas en el.

Es por eso que es tan fácil conocer a una persona por lo que habla, solo hace falta poner atención a sus palabras y en cuestión de minutos conoceremos quien es y de qué manera vive, esas cosas no se pueden actuar, no se pueden fingir, pues son un reflejo inmediato de lo que hay dentro de él.

Por tanto, observe su alrededor, mire que es lo que su boca ha construido y con ello pese su corazón, si no le gusta lo que observa, tome su Biblia y empiécelo a llenar de las buenas nuevas de Yeshúa (Jesús), para que hable milagros, prodigios y buenas noticias a los demás.

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