Muchas personas se preguntan qué es lo que deben de hacer para agradar a Dios, para recibir su bendición ó simplemente qué es lo que deben de hacer para recibir su perdón y poder vivir una vida ahora si como dicen por ahí “como Dios manda” y hay muchos mitos y muchas cosas que se dicen al respecto, pero pocas cosas que verdaderamente funcionen, ó bien que les consten para llevarlas a cabo.

En realidad no existe tal cosa como una receta secreta para ser bendecidos, pero si existe un secreto que no es tan secreto, ya que está escrito a lo largo y ancho de la Biblia, y tiene más que ver con nuestra identidad que con las cosas que pudiéramos hacer para agradar a Dios, es decir, el día que entendemos de qué se trata el ser hijos, ese día podemos empezar a estrenar las bendiciones de serlo.

Cómo está eso?, es más simple de lo que se imagina, y para muestra está la cita del día de hoy. Se ha puesto a pensar cuantas veces ha pedido a Dios un “borrón y cuenta nueva?”, pues le aseguro que no ha sido el primero, pues Dios mismo se aseguró de ponerlo en la Biblia, Él de antemano sabía que habría muchos que se encontrarían en esta situación y nos propuso el sanar nuestra tierra ó bien el bienestar del país que no es otra cosa que el ambiente que habitamos cotidianamente.

El secreto está en leer detenidamente, ya que toda bendición, toda promesa, toda profecía en la Biblia por lo general empiezan por una condición que será el detonador que desate dicha bendición, promesa o profecía y la cita del día de hoy no es la excepción, lo dice fuerte y claro.

Es por eso que me gusta explorar las diferentes versiones de la Biblia, y con esto le digo que es necesario que la conozcamos toda para que no nos quedemos con ideas simples y que podamos conocer el contexto de cada cita para entender lo que Dios nos quiere decir y lo enriquecemos por medio de conocer diferentes versiones para encontrar ese entendimiento que nos ayude no solo a entender si no a vivir y a cumplir cada una de estas palabras.

La cita de hoy la escogí especialmente en la versión Palabra de Dios para Todos (PDT), pues me encanta la claridad con la que expresa la condición de la bendición, dice “el pueblo que se identifica usando mi nombre”, lo ve?, es como cuando usted pretende entrar al lugar de moda y usa el nombre de alguien que conocer que ya esta dentro ó bien del encargado para asegurar antes, de la misma manera lo hace Dios, pero un poco más directo.

Recuerde que Dios anhela vernos como su novia, su esposa, la cual al comprometerse y casarse con Él cambia de nombre, deja su identidad de soltera, para tomar el nombre ó como lo conocemos comúnmente el apellido del marido, que es el que le da identidad, dejan de ser dos para hacerse uno con un solo nombre el cual ampara a su mujer en todo lugar.

Es por eso que Dios nos promete, que no importa cuanto fallemos, ni en qué lo hagamos, es cuestión de entendernos como su amada y portar su nombre, es decir, reconocer que nuestro corazón tiene dueño y que no se lo entregaremos más a nadie, que cumpliremos con la primer condición, el ser de Él, segunda condición el encontrar en Él no el pecado y el error que cometimos, sino el perdón de la cruz y la capacidad de no fallar más, para de esa manera ser renovados, refrescados, rejuvenecidos y hechos nuevos para Él y vivir todos los días una nueva bendición y una nueva misericordia, cómo le parece eso?

Si lo vemos detenidamente, con esto muere aquel antiguo mito de entender por arrepentirnos y sentirnos mal y ver que es lo que pudiéramos merecer de su parte y hacernos verdaderos acreedores de la bendición abundante del Reino de los Cielos por medio de nuestra identidad.

Piense que aquel Dios castigador que le contaron de niño en realidad no existe, es un engaño del Diablo para distraerle, Dios le ama tanto que pretende que tenga usted una vida gloriosa, por eso ejemplificó la cruz desde el Génesis, para que viera usted que hay muchas formas de encontrarnos con Cristo y una sola para llegar al Padre que es Cristo.

Le invito a que tome su Biblia, la lea, para que encuentre en ella el tremendo amor que Dios le tiene y pueda usted verse a sí mismo como la amada que Él espera para glorificarla y darle una vida asombrosa.

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