En ocasiones nos encontramos en ese punto de nuestras vidas en las que no sabemos como continuar, a donde ir, en qué dirección seguir y es el punto en el que corremos el riesgo de que la desesperación nos puede ganar y empecemos a cometer errores.

Esos momentos lo que más necesitamos es la voz de Dios y imploramos a Dios que nos hable ó bien que nos de una sola señal para saber por donde seguir y qué hacer, pero pareciera que todo intento porque así sea parece imposible y en nuestra frustración podemos incluso llegar al punto en donde culpemos a Dios de no escucharnos ó bien de no hablarnos, le suena familiar la situación?

Pues hay cierto tipo de cosas que Dios no hará, pues no es su naturaleza, Dios no es un Dios que nos saque de apuros, su naturaleza tiene más que ver con lo eterno y lo permanente que con lo emergente, Dios es alguien que no tiene soluciones a nuestros problemas, sino planes para que seamos bendecidos y seamos de bendición, Dios no conoce la escasez, ni el sufrimiento, por tanto no entra en las situaciones en donde estos elementos abundan y Dios no es alguien que has excepciones, pues corre el riesgo de que sus hijos nos perdamos si es que así hiciera, por tanto nos dejó una Biblia llena de promesas, cada una con una condición, para que cuando la cumplamos, su favor, su bien y todo lo que viene de parte de Él se desate en nosotros.

Y por qué es así Dios?, es sencillo, todo lo hizo previo a nosotros para demostrarnos a nosotros mismos y a su Adversario (el Diablo) que éste fue vencido y aún cuando trate de engañarnos, su poder fue nulificado en la cruz, de modo que el tener consciencia de ello, es más poderoso que ninguna otra arma en la tierra, en el momento que no sepamos rescatados por Yeshúa (Jesús) en la cruz, en ese momento, seremos los seres con la mejor identidad y con el mayor poder y autoridad por encima de cualquier problema.

En otras palabras, Dios lo dejó todo arreglado, para que podamos entender que nada es mayor que Dios, ni el problema más grave, por tanto nos es necesario que cuando vayamos a su presencia, vayamos con nuestra mente y nuestro corazón enfocados en Él y no en nuestros problemas, recuerde esto, Dios es santo, por tanto si llevamos problemas a su presencia, no hacemos mas que contaminar con algo ajeno a Él el trono de su gracia, pero si vamos a su presencia con la intención de adorarle y de ser transformados por Él, entonces al salir, tendremos la capacidad de resolver cualquier asunto y pasar por cualquier situación sin que esta nos afecte y podamos actuar en justicia en todo momento.

Entonces, qué es lo que debemos de hacer cuando nos encontramos en una situación de la cual no vemos solución y cuando nos encontramos desesperados?, lo primero es recordar y tener consciencia de que Dios siempre es más grande que nuestros problemas, pero más que eso, que Dios es más importante que nuestros problemas, por tanto debemos de darle el mejor y más importante lugar en nuestro corazón, de modo que podamos restablecer el orden en nuestro corazón y que las cosas que son importantes para Él, lo sean para nosotros de esa manera desataremos su bien y su favor, de modo que podremos empezar a avanzar y caminar hacia adelante y será Él quien prepare el camino delante nuestro como lo promete la cita de hoy, pero esto solo funciona si tenemos la intención de seguirlo a Él, de obedecerlo y glorificarlo solo a Él, antes que a nuestro problema y por encima de lo que veamos, y será entonces que empezaremos a experimentar lo sobrenatural, lo milagroso y lo asombroso, pues el mayor milagro es cuando regresamos a nuestra identidad que se debe a Dios y no a nuestros problemas y es ahí que todo cambia, pues cambia desde adentro nuestro y no desde afuera como comúnmente esperamos.

La cita de hoy es una cita poderosa, es una cita de esas que nos hace sentir invencibles, pero sabe, no tiene la intención de hacernos sentir así, sino tiene la intención de que tomemos la identidad correcta y nos atrevamos no solo a salir de nuestros apuros, sino a transformar la manera en la que vivimos y seamos así como la misma Palabra de Dios nos promete, que seamos más que vencedores y que siempre haya victoria en nuestras vidas en vez de temor, angusta e incertidumbre, cómo ve?, se atreve?

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