Muchas personas esperan que les sucedan cosas buenas, y esperan que Dios haga cosas buenas por ellas, e identifican la mano de Dios en sus vidas por medio de cosas buenas y de cosas agradables, pero muchas veces me pregunto, quien esperan que haga todas estas cosas buenas y las exprese?
Afortunadamente Dios dijo 2 cosas muy buenas acerca de aquellos que hemos nacido de nuevo y somos sus hijos, lo primero es que nos hizo a su imagen y con la capacidad de expresar sus naturaleza (semejanza) y segundo nos dijo que es más bienaventurado el dar que el recibir, por tanto podemos entender que está en aquellos que nos entendemos como Hijos de Dios el dar, dar todo aquello que es bueno pues Dios lo inspira y lo produce en nuestro corazón para que podemos imitarle y vivir a su manera.
Muchas personas entienden por dar algo relacionado con el dinero, pero el dar es mucho más que eso, pues el dinero es algo que asociamos con nuestra tranquilidad y con nuestra seguridad, es por eso que es lo primero que se nos viene a la mente, pero en realidad hay tantas cosas que podemos dar a las personas que no nos cuestan un centavo y que harán un impacto mucho mayor en sus vidas.
Ayer entendíamos que la benignidad ó gentileza era la naturaleza buena de Dios en nosotros y que es producida por medio del Espíritu Santo como un fruto en nosotros, pero al entenderlo como un fruto, sabemos que ningún árbol consume sus propios frutos, todo lo contrario, el árbol saca de lo insípido de la tierra y lo transforma en un dulce fruto, es por ello que si Dios puso en nosotros su capacidad de ser buenos (benignidad ó gentileza), puso en nosotros también la capacidad de expresar eso bueno y darlo a los demás y es por eso que nos regala como un fruto la bondad, que es esa capacidad de entender qué es lo que el mundo necesita y dárselo libremente.
La bondad es una capacidad de escuchar más allá de las palabras, es una capacidad de ver más allá de lo que se ve a simple vista y con ello la capacidad de entregar lo que sea necesario para suplir las necesidades que en muchas ocasiones las personas no son capaces de expresar, es una capacidad de amar como la que Yeshúa (Jesús) tenía, y la usó por poner un ejemplo el día que se encontró con el paralítico y en vez de solo decirle levántate y anda, le dijo, “tus pecados te son perdonados”, es decir entendió lo que el muchacho necesitaba y encontró en el corazón del Padre la solución para ello y se la dio.
Solemos pensar en cosas agradables y cómodas y las etiquetamos como buenas, de hecho solemos empaquetar las cosas que nos agradan y decidimos entregarlas en conjunto, pero no nos preocupamos de si en realidad es lo que las personas necesitan, eso sucede cuando decidimos ser buenos en nuestras propias fuerzas, pero cuando decidimos que Dios actúe por medio nuestro, las cosas son distintas, pues los detalles, las palabras y el impulso necesario para ayudar a otros son automáticos, tienen la medida exacta y el impacto perfecto, pues es la bondad de Dios expresada por nosotros siempre y en todo momento.
Sé que al leerlo pareciera imposible, pero es precisamente por eso que es un fruto del Espíritu de Dios el ser bondadosos, ya que la perfección de Dios se hace presente y se expresa por medio de nosotros y nunca deja de ser, así como Dios nunca deja de ser.