El día de ayer un muy querido amigo publicaba con gran frustración que se encuentra de viaje y a pesar de dominar el uso de complejos aparatos electrónicos, una simple lavadora automática en una lavandería pública estaba a punto de hacerle claudicar, lo cual obviamente me tenía a mi y a muchos otros atacados de la risa y comentando en su publicación, a lo cual tuve que detenerme y pensar “en realidad y a pesar de que siempre he tenido una lavadora, tampoco estoy del todo seguro cómo usar la mía” y aunque sé que no debe de ser tan difícil es algo tan simple y tan sencillo que no domino del todo, porque simplemente no me he dado el tiempo de hacer, a pesar de que está ahí siempre, para que simplemente lo haga, interesante, no?
Sabe, de la misma manera están ahí los recursos del Reino de Dios, están ahí, los entendemos como simples, no deben de tener mayor ciencia, pero en realidad no sabemos como usarlos, pues vivimos y sobrevivimos de lo que nos han enseñado, de lo que nos han inculcado y de las cosas que hemos visto que otros hacen o escuchado que otros dicen, pero en realidad no tenemos idea y es por eso que nos perdemos de los beneficios del Reino en el que decimos habitar.
Una de las cosas que debemos de entender para poder recibir la bendición de Dios es el entender como funciona la bendición para poder ser objetos de ella y poder hacer con ella aquello que Dios pretende que hagamos y que tenga ese efecto de Reino y no sólo un efecto pasajero y efímero.
Uno de los detalles más comunes acerca de nuestra oración es que normalmente pedimos cosas sencillas, simples, individuales y pasajeras, porque es así como estamos acostumbrados a vivir, vivimos más al día que con una visión a futuro, ignorando palabras tan poderosas como Proverbios 29:18 que reza “el pueblo que carece de visión, se desenfrena y deambula” (parafraseo) y es así como vivimos, un día queremos una cosa y solo esa cosa y lo pedimos a Dios como si el resto de nuestras vidas dependiera solo de esa cosa que queremos, para en poco tiempo estar pidiendo algo completamente opuesto e igual de efímero que lo anterior que pedimos, le ha sucedido.
Es por eso que Dios le dejó las cosas muy claras a Abraham, para que entendiera como es que sería la bendición que le daría, porque no solo habría de darle el hijo que tanto anhelaba, sino que le estaba dando una visión para ese hijo y para todas las cosas que habría de hacer en su vida y cómo es que sería de ese día en delante.
La cita de hoy se compone de 4 partes y el día de hoy le voy ayudar a entender la primera, la cual nos dice el fundamento de cómo es que funciona la bendición de Dios y reza “haré de ti una nación grande”, es decir, las cosas que Dios no son pequeñas, no son pasajeras y no son para sacarnos del apuro simplemente, sino que tienen todo su sello en ellas, Dios no se anda con rodeos y tienen una trascendencia.
Me encanta que antes de bendecir a Abraham, Dios le haya advertido que haría de él una gran nación, eso quiere decir que la bendición que depositaría sobre él, sería de beneficio no solo en él sino en los que le rodeaban, familiares, amigos, vecinos, etc., y no solo sería para ese tiempo, sino para las generaciones venideras, es decir, Dios le daría, tanto y tan abundante como para que su nación fuera recordada por la eternidad, tal como sucede al día de hoy.
Es por eso que Dios no le sacará de deudas porque le ama, sino que tiene usted que pedirle y tener la visión de que la mala administración del dinero, las deudas y la escasez serán erradicadas de su vida, de su familia, de su barrio y de su círculo de influencia por generaciones, y que debe de quedarle claro que esto es por el amor que Dios le tiene a usted, si usted tiene una nación será bendecido como Dios ha prometido, pero si insiste usted en como decimos en México “sólo jalar agua para su molino” ó bien, sólo pedir cosas para usted y usted estar bien, pues obvio la condición de la bendición no se cumple y por ende la bendición no llega.
Dios nos ha enviado a gobernar sobre la tierra y por ello nos es necesario tener naciones y círculos de influencia en los cuales podaos mostrar la gloria de Dios y hacer notar al mundo la diferencia de quienes no tienen a Dios de quienes si habitamos en ese Reino de manera que haya muchos que decida seguir a Yeshúa (Jesús) no por lo que les de, sino por entender que hay una mejor manera de vivir a causa de su sacrificio y su sangre los cuales fueron planeados antes de la formación del mundo, no sólo porque Dios nos ama, sino porque decidió amarnos aun antes de pecar, sabiendo que lo haríamos.
El día de hoy le invito a que medite en ello, propóngase ampliar su panorama, entienda la bendición de Dios tal como Dios la ve, amplia y vasta, como Él es, de modo que deje de pedir cosas pequeñas que no recibirá a causa de que no funcionan como Dios funciona y termine con esa era en la que la bendición es como esa lavadora que siempre ha estado en su casa y nunca ha sabido usar.