Esta frase me tiene loco!, me ha revolucionado!, ha cambiado mi manera de creer y de ver a Dios actuar en mi vida y le quiero compartir cómo es que Dios me lo ha mostrado:
Y da su fruto a su tiempo…
Pfff!!, increíble!, toda nuestra vida nos la pasamos pidiendo cosas que no sabemos si recibiremos y cuando no las recibimos, nos escudamos en frases “bíblicas” que no aplican como “los tiempos de Dios no son iguales a los nuestros” ó “Dios por algo hace las cosas” y lo único que en realidad hacemos es el mitigar nuestra ignorancia acerca de las cosas de Dios y de su propósito (no su voluntad, su propósito) en nuestras vidas.
En realidad, lo que más claro nos debe de quedar es cuando es tiempo para que sucedan las cosas, pues es de eso que se trata lo que Dios nos habla, a pesar de que hay quienes se empeñan en no escucharlo, es por eso que Dios nos habla de los 2 tiempos que existen, uno es el kronos, el que todo lo mide en segundos, minutos, horas, días y años y el cual no podemos alterar y el kairos que es el tiempo en el que Dios habita y donde todo es posible si el ambiente espiritual es propicio para ello, es la diferencia de estar de uno o de otro lado del velo que separaba a Dios de los hombres, con la diferencia que gracias a Yeshúa (Jesús) no hay tal velo solo tenemos que entrar a la presencia de Dios y actuar desde el flanco de Dios y no desde nuestro propio flanco.
A Abraham le sucedió, Dios le habló de que habría de tener un hijo, y se engolocinó con la idea de tenerlo, no con el propósito para el cual habría de ser padre, por tal escuchó primero a su mujer quien preocupada por el kronos le aconsejó intimara con su sierva Agar para tener al hijo prometido y no fue a la presencia de Dios a escuchar el cuando y el para qué.
Y no fue sino hasta algo así como 14 años después que recibió al hijo tan anhelado, pero no porque no fuera el tiempo de Dios antes, sino porque no se había atrevido a caminar en el kairos y a propiciar el ambiente para que la voluntad de Dios se cumpliera y manifestara.
Es así de sencillo, ya el tiempo en el que Dios hacía las cosas ya pasó, es precisamente por eso que envió a su Espíritu Santo para que more en nosotros y nos llene de su poder y seamos nosotros los que hagamos las obras milagrosas y poderosas que Dios preparó previamente, pero junto con el poder de hacer, viene la sabiduría para ejecutar y la capacidad de obedecer, pero debemos de tener la consciencia de que somos nosotros los que haremos y lo haremos bien y en tiempo y forma.
Es por eso que la cita de hoy habla de los 3 requisitos, es decir de no andar en consejo de malos, ni camino de pecadores y mucho menos en silla de escarnecedores, porque todas esas cosas nos distraen de la voz de Dios, de la instrucción precisa y de la capacidad de obedecer para ejecutar de acuerdo al Reino de Dios que debemos de establecer en esta tierra.
Es por eso que el kairos lo encontramos en medio del silencio de nuestra intimidad con Dios, es decir, cuando estemos dispuestos a dejar de pedir como insensatos y de hablar como necios delante de la presencia de Dios es cuando la revelación de su identidad en nosotros nos será mostrada y junto con ella la capacidad de ejecutar de acuerdo a su palabra y su voluntad.
No hay nada mas delicioso que hacer las cosas en el tiempo de Dios, es por eso que historias que parecen cortas e insignificantes como la de Enoc se convierten en profundas y apasionantes, cuando Dios habla de ellos diciendo “y caminó Enoc junto con Dios”, es decir, caminó a su ritmo y en su tiempo y fue en el tiempo de Dios (kairos) que entendió que habría de hacer para poder interceder por la humanidad que podría ser exterminada a causa de su pecado.
Nota lo importante y lo profunda que es la cita de hoy?, no solo dar frutos es parte de nuestra preocupación y ocupación, sino darlos a tiempo, entendiendo que el kairos es algo que nosotros desatamos y no algo oculto y místico que Dios usa para hacernos sufrir, genial, no?