Es muy raro encontrarse a una persona que nos diga que no tiene fe, pero si muy pocas personas nos pueden explicar qué es la fe ó cómo es que se tiene fe, lo cual no es malo, sólo es tristemente muy común.

Para muchos el tener fe es creer, pero no es sólo el creer, sino saber en qué creer, porque el creer en algo no asegura que esto sea cierto o sea lo correcto, o siquiera si tiene que ver con Dios, hay personas que deciden creer lo que más les acomoda o lo que les “inculcaron” y viven frustrados porque no reciben respuestas o bien se la viven pensando que Dios “por algo” hace las cosas y que en esta ocasión de nuevo no les tocó que Dios decidiera a su favor.

Dios nos exhorta, nos invita y nos demanda que creamos, pero no basta con creer que el quiere cosas “lindas” para nosotros, sino que Él espera que vivamos una vida gloriosa a causa de lo que creemos, donde todos sin excepción de alguno de sus beneficios sean reflejados en nuestra vida.

Por tal cosas como “a lo mejor Dios no quiere que yo me case” ó probablemente es parte de la voluntad de Dios el que nosotros no tengamos hijos” no aplican pues Dios nunca ha dicho tal cosa, por el contrario Dios nos deja ver en su palabra que es su voluntad que cumplamos con su esquema de vida, es decir la familia y que no pasemos el resto de nuestro tiempo solos, por el contrario, siempre cumpliendo con su propósito, somos especiales y únicos para Él, pero no tanto como para ser una excepción dentro de las reglas de su Reino.

Ahora bien, ahora que empezamos a creer en la palabra de Dios y no solo en lo que queremos, en lo que nos acomoda o en lo que nos inculcaron, debemos de tener cuidado en ver la palabra de Dios como Dios la ve y no como luego acostumbramos, es decir, muchas personas abren sus Biblias buscando algo que se relacione a ellas o a sus situaciones, y si no encuentran algo que “responda” a sus situaciones acusan a la Biblia como un libro difícil de entender, la Biblia no se trata de nosotros, es para nosotros, pero no trata de nosotros, trata de Dios y es para que podamos conocer a Dios, por tanto debemos de abrirla con ese enfoque para que no nos perdamos, ahora bien, no hay una manera “especial” para leer la Biblia, se empieza en la página 1 y se termina en la última, de Génesis a Apocalipsis, no hay vuelta de hoja, está acomodada de esa manera para que haga sentido.

Otro error común al leer la Biblia es el querer reflejarse en los personajes de la Biblia y querer pensar que sus situaciones se repetirán en nuestras vidas, pero piénselo de esta manera, Dios no dijo que nos hizo a imagen y semejanza de los hombres y mujeres de la Biblia, sino dijo que nos hizo a imagen y semejanza suya, por tanto tenemos que leer la Biblia no con la intención de entender las cosas como los que ahí se describen, sino pensando las cosas como Dios las piensa y viendo cada situación desde la perspectiva de Dios.

Es justo ahí donde llegamos a ese punto que describe la cita de hoy que dice “y en su ley medita de día y de noche”, que traducido ó interpretado quiere decir “y se esfuerza constantemente para ver las cosas como su Dios las ve y esto lo lleva a estar por encima de la ley”.

No podemos perder de vista que Dios nos dio la ley para que la amaramos, pero no para que la sufriéramos, es decir, nuestro objetivo es vivir por encima de la ley, pero no ignorándola, sino haciendo como Dios lo hace, moviéndonos en los frutos del Espírito, los cuales de paso, la Biblia nos dice que están por encima de la ley y nos llevan a hacer como hizo el Espíritu Santo en Génesis 1 y como hizo Yeshúa (Jesús) en su paso por la tierra, caminando por encima de las aguas (las cuales representan la ley) debido a sus frutos.

Meditar en la ley de Dios significa el pensar en qué es lo que estaría pensando Dios y sus intenciones para glorificarse en ella, y no el pensar en lo difícil que es ser cristiano y las muchas cosas divertidas que tiene uno que dejar de hacer y ser para que los demás estén contentos, no lo cree?

Es como los que sufren porque tienen que aprender a dar el 10% de sus ingresos y no saben como hacer, en vez de pensar en la segunda parte de la cita (Malaquías 3:10), la cual promete que tendremos tal abundancia que no tendremos suficiente lugar para acumularla, nota la diferencia?, meditar en una cita así, significa en pensar que debemos de aprender a ser fieles, no solo en el dar, sino en el ser sabios para que cuando la promesa se cumpla, no nos distraigamos con la bendición y nos olvidemos del proveedor de la misma.

Meditar de día y de noche en la ley significa encontrar a Dios en todo lo que hacemos y reconocer su autoría en las cosas simples y complejas de nuestro día a día, pero no en ridiculeces como el amanecer ó un bello paisaje, obviamente Dios es su autor, pero eso no nos beneficia en nada y tanto el amanecer como el paisaje seguirán ahí, aun cuando no los contemplemos, cuando buscamos la autoría de Dios en las cosas de nuestra vida cotidiana, hablamos de la perfección, en el cumplimiento de cada promesa y en la garantía de una vida asombrosa, solamente por el conocimiento de quien es Dios y de las cosas que sabemos que hará porque así las prometio, nota la diferencia?

Meditar en la palabra de Dios, significa ir un paso más allá de recibir una bendición, y saber que el que Dios nos garantice éxito en todo lo que hagamos, nos hace responsables de extender su Reino y de funcionar como Él funciona, donde el dar, donde la abundancia y donde la certeza son parte de nuestro día a día, qué le parece?

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