Hay muchas personas que creen o que tienen la idea de que tienen que ser “buenas” para poder acercarse a Dios y poder obtener su favor y sus beneficios, a pesar de que Dios no es así y no hay ninguna parte de la Biblia que lo especifique.

Pero es ahí donde las cosas se vuelven complicadas de aquellos que se dicen creyentes, pues creen más en lo que opinan que en lo que saben acerca de Dios y se empiezan a meter en un montón de líos y a batallar en sus vidas.

Si lo pensamos detenidamente, no hay manera de que seamos buenos por nosotros mismos, si así fuera, no necesitaríamos de Dios y el sacrificio de la cruz hubiera sido innecesario, pero afortunadamente no hay manera de que seamos buenos por propia cuenta y afortunadamente el sacrificio de la cruz es la mejor verdad que podemos tener, es decir, es lo que nos hace capaces de pertenecer a un Reino más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos.

Son aquellas personas las que tienen la idea de que tienen que esforzarse por ser buenas, las que viven en ese constante límite entre lo bueno y lo malo, ya que en vez de poner sus ojos en Dios y en lo que saben acerca de Él, ponen sus ojos constantemente en el pecado y en aquello que los tienta de manera que están todo el tiempo a punto de caer.

De hecho son estas personas, las que creen que pueden resistir al pecado las que usan frases como “existe una muy delgada línea…”, pretendiendo enfatizar lo fácil que es pecar y que se está en constante tentación, cuando en realidad no es así.

El bien y el mal no se llevan bien entre sí, de hecho no hay un punto de convergencia entre ellos, no hay un lugar en donde termina de ser el bien y empieza a ser el mal o viceversa, para Dios las cosas o están bien o están mal, así de simple, de hecho es por eso que Dios nos aclara que la paga del pecado es muerte y considera como pecado la más simple y la más inocente de las mentiras, ya que Dios no convive con el pecado, por tanto podemos entender que no hay una “delgada línea”  que divida nada.

Es por eso que el salmista entendía que hay personas que se pierden de la bienaventuranza por andar en camino de pecadores según la cita de hoy, es decir, aquellos que son “buenos, pero se la viven coqueteando con el pecado y caminando sobre la línea inexistente que divide el bien del mal, sino que lejos de ser creyentes son simpatizantes del Reino de los Cielos y pretenden visitarlo cada vez que se les ofrezca.

Piense en esto, no está mal tener amigos pecadores, no está mal convivir con aquellos que hacen lo incorrecto, de hecho Yeshúa (Jesús) lo hacía, la diferencia radica en que Yeshúa (Jesús) nunca perdió su identidad y nunca se acercó ni con su actitud ni con sus hechos a esa “delgada línea” (que repito, no existe) de hacer lo incorrecto, por el contrario, Él asistía a estos lugares y se juntaba con estas personas para demostrarles que si se puede vivir en santidad y a influir en estas personas y no a que ellas influyeran en Él, es decir, Yeshúa (Jesús) vino a dejar claro que la identidad del Reino de los Cielos es mas cierta que el famoso dicho de “dime con quien andas y te diré quien eres”, ya que en Él nada cambió, por andar con quienes caminaban de manera incorrecta, por el contrario, ellos fueron transformados por su presencia, tal como debería de pasar con nosotros.

Por tanto, la cita del día de hoy que habla de aquellos que “no anduvieron en camino de pecadores”, hace referencia a aquellos que en la intimidad con Dios afirman su identidad de modo que nada mueve lo que son, lo que piensan y lo que hacen, aquellos que nada hacen por arrebato y aquellos que por nada cambian los beneficios de ser llamados Hijos de Dios, que viven en la total consciencia de quienes son y de quien pertenecen y lo más importante de todo, que no hubo nada que hubieran podido hacer más que rendirse ante Yeshúa (Jesús) para poder lograr vivir de esa manera y tener esa identidad, es algo que reciben por gracia y no por esfuerzo ni mérito propio.

Es por eso que le invito a que medite acerca de lo que hace, es usted de aquellos que coquetea constantemente con el mal y que vive en esa delgada línea que usted mismo inventó para poder pecar y echarle la culpa a las circunstancias?, ó es usted de aquellos que aprenden que la santidad le aleja del pecado y le llena del beneficio de lo eterno y lo asombroso?

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