Cuando entendemos que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, entendemos que al igual que Él es 3 en 1, nosotros también lo somos, somos cuerpo que corresponde a nuestra consistencia física, somos alma que encierra nuestros pensamientos y nuestros sentimientos y espíritu, que es aquella parte que murió con el pecado de Adán y que recuperamos sola y exclusivamente por medio de nacer de nuevo de acuerdo a la instrucción de Yeshúa (Jesús), y siendo el espíritu el que nos permite escuchar la voz de Dios.
Es nuestro espíritu el que nos permite entender a ese Dios que está en todos lados (véase como referencia Salmos 139:1-18) y del cual nos sentimos lejanos o que no está presente a causa de nuestra conducta almática.
Es la intención de Dios que sea nuestro espíritu el que nos gobierne, es decir, que lo que Dios nos habla sea más fuerte que lo que pensamos y que lo que sentimos, de manera que podamos hacer como dice su palabra tengamos nuestros pensamientos cautivos en Cristo, la pregunta del millón es cómo escuchamos la voz de Dios?
Primeramente tenemos que entender que no escucharemos al Padre y no escucharemos al hijo, aquel que habita entre nosotros y aquel que nos habla es el Espíritu Santo, ya que es la persona de Dios que habita entre nosotros, así que tenemos que empezar por querer tener una relación con Él y dirigirnos a Él adecuadamente, que al igual que el Pare y el Hijo, es una persona y no una fuerza ni una paloma como muchos creen, tiene una gran personalidad y pretende depositarla en nosotros, para que podamos imitar a Yeshúa (Jesús) quien funcionaba por medio del Espíritu Santo a su vez.
Segundo, tenemos que entender que el Espíritu Santo no nos va a hablar de nuestros asuntos y no es aquel que esta limitado a decir “si”, “no» ó “tengo algo mejor para ti”, el Espíritu aSanto tiene tantas cosas más de las que nos tiene que hablar que nuestros asuntos son pequeños e irrelevantes ante la dimensión de lo que nos tiene que decir.
Ahora bien, hay que recordar que Dios es Rey de Reyes y Señor de señores, por tanto, cuando entramos a su presencia, debemos de entender su majestad, por tanto es importante que Él hable antes que nosotros, además de que es mas importante lo que Él habrá de decirnos que lo que nosotros tengamos que decir, además de que Él ya sabe que es lo que vamos a decir (espero que haya leído la cita de Salmos, si no, ahora es tiempo).
Por último cabe mencionar tomar en cuenta que Dios nos va a hablar siempre en términos de su palabra, y esto es por el simple hecho de que Él es congruente y todo va a tener relación a lo que ya dijo en su Biblia, además de que eso nos ayudará a identificar y separar sus palabras de nuestros pensamientos.
Cómo es que Dios nos hablará?, sencillo, Él nos hablará de todas las maneras posibles y nunca de la misma manera para que no nos acostumbremos, Él nos puede hablar audiblemente, como nos puede hablar por medio de pensamientos y sentimientos, pero también puede usar a otras personas a hablarnos y su misma Biblia es su voz constante, todo es cuestión de que nos dejemos sorprender y no nos afanemos, cuando menos lo pensemos, nos daremos cuenta que su voz siempre ha estado ahí, siempre nos ha hablado y siempre ha querido que lo escuchemos.
Pero tenga en cuenta que su voz es percibida por nuestro espíritu y no nuestra alma, el objetivo de Dios es que nuestra alma sea transformada por la voz de Dios, de manera que nuestros pensamientos y nuestros sentimientos tengan las mismas prioridades que Dios tiene y amemos a Dios no solo de palabras, sino con todo lo que somos.
Ha pensado en cuantas veces ha dicho “no siento el orar” ó “no siento el ir a la iglesia”, esto es por el simple hecho de que pretendemos amar al Dios espíritu de manera almática, pero esto no sucederá, sino hasta que el espíritu que Dios nos regresa al nacer de nuevo reconozca la voz de Dios y su importancia, al grado que domine nuestra alma y pueda decir, como dijo el salmista, alaba alma mía a Dios!, y bendice su nombre pues en Él esta tu identidad y la mejor manera que existe de vivir!