Yo no sé usted, pero a veces me canso de vivir de «panzazo» como decimos en México, es decir, siempre vivimos haciendo las cosas de último momento y siempre vivimos rogando a Dios que nos ayude «solo en esta ocasión» para salir solo de «este apuro”, le ha pasado?
Por alguna razón nadie nos enseñó a planear y por alguna otra razón pareciera que no nos interesa, vivimos de una manera en que estamos sujetos a las circunstancias y todo lo que pasa o lo que no pasa es porque Dios “por algo” hace las cosas y con eso mitigamos la culpa que pudiera surgir al darnos cuenta que no vivimos mas que una viuda mediocre.
Y soy el primero en apuntarme en la lista, no crea que hago esto con la intención de hacerle sentir mal, más bien quiero llevarle a la consciencia que Dios me llevó a mi, a dejar de sobrevivir por medio de la misericordia de Dios y a vivir una vida llena de gracia como nos la promete.
Es así como lo lee, en muchas ocasiones, por no decir casi siempre sobrevivimos a causa de la misericordia de Dios, es decir nos salvamos de recibir aquello que merecemos a causa de nuestro pecado, que cabe mencionar que es la muerte, todos los días nos damos por bien servidos con que no haya nada “malo” en nuestra vida y a eso se resume nuestra oración.
Nuestras oraciones no son alineadas a la personalidad de Dios, lejos de orar pedimos, y lejos de pedir de acuerdo al Reino de Dios y nuestra naturaleza, pedimos cosas efímeras, pequeñas y pasajeras, por ello pocas veces recibimos cosas buenas y cosas que realmente trasciendan en nuestra vida.
Solemos entrar y salir a la presencia de Dios cada vez que necesitamos algo, pero no vamos a ver a Dios y no nos interesa quien sea Él o lo que espere de nosotros, solo vamos por lo que necesitamos y nos olvidamos hasta la siguiente ocasión, pero cuidamos nuestra imagen ante los demás porque no nos gusta que se exhiba nuestra falta de intimidad con Dios y nuestra falta de espiritualidad (entiéndase por espiritualidad el acto de escuchar y obedecer al Espíritu de Dios).
Dios tiene deparado para nosotros mucho, pero mucho más allá de lo que podamos pedirle, y preparó en su palabra miles de promesas específicas con condiciones específicas que lejos de ser una carga nos benefician para que podamos vivir una vida gloriosa, lo único que tenemos que hacer es conocer estas promesas, cumplir su condición y vivir mejor de lo que jamás podríamos lograr con nuestras propias fuerzas, y de una manera constante y no de manera intermitente como lo hacemos hoy en día.
Hay personas que aseguran que el antiguo testamento es algo obsoleto y del pasado, pero olvidan que fue en el antiguo testamento que fue definido quien era el pueblo de Dios y los beneficios que tendrían a causa de haber sido escogidos, y siendo nosotros hechos hijos adoptivos por medio de la sangre de Yeshúa (Jesús) es ahí donde debemos de buscar nuestros beneficios y la actitud que debemos de tomar ante nuestra nueva posición como hijos.
Me fascina leer la porción de la Biblia que comienza con la cita de hoy, pues es la medida perfecta de nuestro corazón, note como comienza con “si oyeres atentamente la voz de Dios”, ya que es justo cuando empezamos a obedecer y cuando empezamos a poner en práctica aquello que escuchamos en la intimidad con Dios que los beneficios empiezan a hacerse notar.
La misericordia de Dios es para los pecadores, pero la gracia de Dios es para aquellos que han sido perdonados y deciden ser obedientes, para aquellos que deciden adoptar la identidad de hijo para crecer hacia la identidad de herederos.
Pero la decisión esta en usted, que es lo que prefiere?, seguir viviendo de panzazo y viviendo al día en su fe?, o se une conmigo y se atreve a explorar la identidad de hijo, a pasar tiempos de intimidad con Dios y escuchar su voz para llevar a cabo cada una de sus instrucciones, para vivir en la plena gracia y con los beneficios constantes del Padre que se enorgullece de sus hijos.