Meditar en la palabra de Dios se ha convertido en uno de los pasatiempos que mas disfruto, creo que es algo que se ha convertido en algo tan cotidiano que a veces ya no me doy cuenta que lo estoy haciendo, es decir de la mas sencilla y simple de las situaciones empiezo a compararla con la Biblia y empiezo a aprender de las intenciones que tuvo Dios al escribir cada uno de los miles y miles de versículos que están escritos en ese manual de vida tan basto que nunca se vuelve aburrido.

Muchas personas creen que esto es algo que es solo para ciertas personas, pero por lo general quienes creen esto, son quienes nunca le han dado a Dios una oportunidad y quienes nunca se han echado un clavado en la Biblia, así de simple, pero descubrirán que el día que lo hagan, simplemente les empezará a suceder si así lo deciden creer, ya que no es algo que podamos invocar, es una instrucción que Dios nos dio, pero para meditar en la palabra, hay que leerla primero, no lo cree?

Por medio de meditar en la palabra he descubierto la gran diferencia que existe la sabiduría de los hombres y la de Dios y sabe, me empecé a dar cuenta cuando me percaté que muchas personas hablan de las cosas de Dios como grandes y asombrosas y luego hacen ese pequeño e incómodo silencio, en el que pareciera que están pensando para dentro de sí si en verdad están seguras de lo que hablan, si entiende de lo que le hablo?

El detalle es que pocas veces meditamos en aquello que sale de nuestra boca, si pusiéramos un poco mas de atención nos daríamos cuenta de que no tenemos idea de la mitad de lo que decimos, ya que está conformado de frases aprendidas o cosas que escuchamos a otros decir y que nos gustaron o nos llamaron la atención.

Por tanto, mi meditar acerca de la palabra se acompaña del escuchar lo que las personas a mi alrededor dicen, ya que la palabra de Dios asegura que aquello que abunda en el corazón de las personas es aquello que sale por su boca, por tanto solo necesitamos escuchar a las personas para conocerlas y es cuando las conocemos que las podemos ayudar u orientar para que tengan una vida mejor y así sucesivamente.

Y a lo largo de llevar a cabo de ésta práctica, me he dado cuenta que muchas personas están atoradas en donde mismo, en el punto que hacen uso de la sabiduría de hombres cercana a ellas y la usan para evitar verse mal ante los demás y evitar el tener “esa” conversación incómoda consigo mismas.

Ayer compartía con un grupo de personas acerca de los sueños, ya que desde pequeño siempre escuché que tenía que perseguir mis sueños y que no descansara hasta no haberlos cumplido, pero sabe, si veo mi vida y de quienes en ese tiempo aprendieron lo mismo que yo, es que en realidad nunca lo hicimos y esto puede ser por dos razones igual de importantes.

La primera y la mas común es el hecho que sus sueños nunca pasaron de ahí, nunca dejaron de ser sueños y nunca se materializaron, ya que como sueños no nos ponen requisitos ni tareas, y hay quienes se la viven soñando, pero nunca logrando nada en la vida, o simplemente hay sueños que se quedan estancados en nosotros y nunca prosperan y nunca maduran.

La segunda razón, es porque hay personas que llevan sus sueños delante de Dios y no a que los cumpla, sino a que los evalúe y les diga que piensa de ellos y ahí pueden suceder 2 cosas completamente opuestas, la primera es que Dios nos diga que ese sueño no nos conviene y nos revele el porqué no es prudente que se realice o bien la segunda, Dios transforma ese sueño en visión y no solo nos confirma que está de acuerdo con ello, sino que nos traza un camino a seguir para que lo cumplamos, es decir, hace de nuestro sueño una visión, para que sea ésta la que nos de rumbo.

La diferencia entre un sueño y una visión es precisamente eso, el que el primero esta montado en una nube y que el segundo tiene pies y cabeza y está diseñado por Dios.

Es por eso que es importante que cada cosa que soñemos y cada cosa que anhelemos le llevemos delante de Dios para que de esa manera aprendamos a tener una vida a prueba de errores y cada cosa que veamos en nuestro futuro no solo sea real y se pueda llevar a cabo, sino tenga un buen propósito de parte de Dios y que su Reino sea establecido por el cumplimiento de ese sueño convertido en visión.

La cita de hoy nos previene acerca de los sueños, como yo la entiendo es que el tener sueños no confirmados o no aprobados por Dios en nuestra vida, nos hacen perder el tiempo e impiden que tengamos una vida de Reino, ya que los sueños tienen mas palabras que significados y verdades, le hace sentido?

Por tanto le quiero invitar a que el día de hoy haga un pequeño ejercicio, enumere sus sueños y sea realista acerca de cuales realmente espera y por cuales está dispuestos a pagar un precio por ellos, una vez que los tenga, lleve cada uno de ellos delante de Dios y permita que sea Él quien le diga si lo que sueña tiene propósito o no, así no perderá su capacidad de soñar y de hablar el idioma que Dios habla en su propia casa.

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2 Comentarios

  1. Esta excelente la publicacion, me encanto.

  2. Melina

    Qué hermosa lectura René… que el Señor te siga utilizando, sos de bendición!!!…
    Abrazo desde Argentina!..