Todos hemos escuchado esa famosa frase de “es mas bienaventurado el dar que el recibir” y en muchas ocasiones cuando la escuchamos o la decimos, nos sentimos de cierta manera “obligados” a demostrarlo con nuestros actos y en ocasiones tenemos arranques de generosidad pensando que el entender esta frase tiene que ver con lo que hacemos siendo en realidad algo que tiene que ver con lo que somos.

Es justamente por eso que hay tantas religiones y tantas denominaciones, porque en realidad se diferencian las unas de las otras por medio de las cosas que hacen y no por la identidad de las personas que las conforman, ya que todas dicen llevarnos a ser imitadores de Cristo, pero cada una lo hace a su manera, como si Cristo tuviera muchos modos, interesante no?

En realidad nuestros actos no son importantes si no hay un entendimiento y una voluntad detrás de ellos, es decir, podemos hacer muchas cosas, pero si las hacemos por quedar bien con otros o porque así lo hacen los demás, el fruto es muerto y el efecto es nulo, solo el Espíritu de Dios que nos da la capacidad de escuchar la voz de Dios y que es quien nos explica como es que cada cosa funciona y el impacto que tienen puede hacer que las cosas que hacemos tengan vida, hagan la vida de otros mejor e incluso den vida a quienes piensan que la han perdido.

Es por eso que muchas personas tienen la idea de que van a la iglesia a recibir, porque no entienden el significado del día que el Señor separó para Él mismo y que diseño para engrandecerse en su pueblo, en otras palabras, a veces pareciera que sus oraciones no son contestadas a lo largo de la semana y tuvieran que ir a la mismísima presencia de Dios a hacerle “manita de puerco” y forzar a Dios a que haga aquello que han pedido, cuando en realidad el significado del día de reposo es mucho mas profundo.

En la tierra y en la vida cotidiana, hemos aprendido que tenemos que recibir para poder dar algo, pero en el Reino de los Cielos es completamente distinto, tenemos la capacidad de dar siempre, y además no damos nada que sea nuestro, sino que damos aquello que nos ha sido provisto por Dios, aún las sonrisas que podemos repartir a otros tienen su fundamento en Él y entre mas damos, mas tenemos, pero eso que tenemos no es para nosotros, sino es para dar mas, siendo que aquello que necesitamos esta mas que cubierto por el que nos envió a dar, interesante no?

Muchas personas no reciben, porque tienen la falsa idea de que las cosas con Dios son un intercambio, es decir, que salen a dar a otros, para que luego Dios les de a ellos, pero no es así, debemos de salir a dar, para que la provisión de dar no se acabe nunca y nuestra vida pase de ser una vida promedio a una vida verdaderamente gloriosa, que siempre esté enfocada en el dar y suplir aquello que otros necesitan y sean transformados en dadores.

Cada vez que hablo de este tema, no falta alguien que me diga “es por eso que vamos a la iglesia a recargar combustible”, pero sabe, eso es falso y es equivocado, ya que como funcionan las cosas es completamente diferente, damos y luego vamos a la iglesia para dar mas, solo que ahora vamos y le damos a Dios y este a su vez nos equipa para dar aquello que su pueblo necesita, parece cansado, pero sabe junto con el equipamiento que recibimos vienen las fuerzas, los ánimos, las palabras sabias y el amor para dar sin detenernos.

No quiero sonar repetitivo, por el contrario, quiero que le quede bien claro, ya que muchas personas tienen ganas de hacer algo para Dios y dar algo a los demás y no saben como hacerlo, ya que no sienten que tienen suficiente para dar y están esperando a recibir algo que les haga sentir seguros para luego tomar impulso a dar.

La cita de hoy nos habla de que es lo que tenemos que ir a dar allá afuera y que es aquello que el mundo necesita y la única manera que lo podremos hacer correctamente es practicando, y sabe en donde debemos de empezar?, es en nuestras iglesias, es en el lugar donde tenemos intimidad con Dios, es donde reconocemos en su presencia lo poco que somos y lo poco que tenemos que ofrecer, que Él lo transforma y lo convierte en lo que la cita de hoy describe.

Por tanto le quiero invitar a que reflexione en ello, permita que Dios le ayude a cambiar ese entendimiento y le lleve al siguiente nivel, hoy que tiene la oportunidad de ir a la iglesia en el día del Señor, vaya y llévele algo, que se yo, agradecimiento, un corazón dispuesto, un sueño (no para que lo cumpla, sino para que Él se engrandezca en ese sueño) e inmediatamente al salir abra bien sus ojos para que pueda ver y encontrar personas que necesitan aquello que la cita de hoy nos enseña y haga que esta cita se haga viva en usted, aun sin entender mucho como es que funciona, hasta que le sea revelado el Reino de los Cielos.

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Un comentario

  1. Yo

    Quiero entregarte mis sueños, tu voluntad haz en ellos, mi corazón te lo entrego, enamorarme de ti, Señor!