Una de las cosas que mas me gusta de vivir en Cristo es que cada vez que aprendo algo es como quitarme un gran peso de encima, el darme cuenta que cada vez son menos las cosas de la vida cotidiana de las que me tengo que preocupar y todo lo que tengo que hacer es enfocar mis pensamientos a Cristo y serenar mi mente para que mis pensamientos no sean mas fuertes que su voz y pueda ser guiado por El.

La cita de hoy cubre muchas de las cosas que normalmente ocupan nuestras oraciones y nos da la garantía no solo de que Dios nos escucha, sino mucho mas, nos da la garantía de que no hay situación por la que podamos pasar que no tenga una solución, pero a su vez que esa solución no es algo remoto, y que podemos influir en cada una de esas cosas por medio del Espíritu de Dios.

Por favor note como Dios nos muestra que esta en nuestras manos el invocar al Dios todopoderoso y con el conocimiento de como es su corazón y no solo pedir sino demandar que el poder de Dios realice milagros, es decir, hacer cosas inexplicables y sobrenaturales, que van mas allá de entendimiento y la voluntad humana, como es que Dios puede hablar a través nuestro y que puede usar nuestra boca, no solo para profetizar cosas que sucederán, sino para confirmar cosas que Dios nos ha hecho saber con anterioridad, de manera que podamos anunciar su pronto cumplimiento, como Dios nos da la capacidad de discernir entre las cosas que son de El y las que no y esas que no, saber exactamente de donde vienen, de manera que podamos identificar las artimañas de nuestro enemigo, combatirlo y evitarlo, como es que Dios pone en nosotros las palabras adecuadas para orar e interceder de manera que hablamos en lenguas angélicas y aseguramos la llegada de nuestros ruegos a los oídos de Dios e incluso nos puede dar el don de interpretarlas para que entendamos como es que El anhela que oremos y las palabras para usar en su presencia.

Lo mas asombroso es que cada uno de estos dones nos serán dados por la eternidad, pero no nos son dados mas allá que para solo obtener los beneficios del Padre, sino como dice la cita de hoy para que hagamos nuestra parte como elementos del cuerpo de Cristo, es decir, a cada uno nos es dado uno o varios dones a fin de cumplir una función en común, el asegurar que el beneficio de Cristo sea llevado a toda criatura y a que como parte funcional de ese cuerpo podamos ser parte tangible de ese beneficio a los recién llegados a los pies del Creador y a toda persona en necesidad.

No se si a usted le suceda, pero cada vez que leo esta cita, no puedo hacer mas que pensar en la gran cantidad de tiempo que he invertido en pedir desesperadamente a Dios algo que no se si hará, o peor aun, tratando de lograr por medio de mis propias fuerzas cosas que desde un inicio se que me son imposibles, mas sigo intentándolas porque considero en mi mente que son buenas para mi, siendo que solo tendría que ir a la presencia del Padre y darle la oportunidad a El de hacerlas incluso a través mio al poner uno de esos dones a funcionar por medio de su Espíritu en mi.

Mi invitación de esta mañana podría parecer sencilla, pero no lo es, va mucho mas allá de lo que regularmente hace, ya que es una invitación en dejar a un lado sus pensamientos acerca de usted mismo, es decir, a creer mas allá de pensar si es usted o no agradable a los ojos de Dios, y a que experimente en su mente, en su corazón y aun en su cuerpo físico la posibilidad de que Dios efectúe lo que promete en la cita de éste día, una vez que lo haga, solo identifique en usted lo que impide que suceda de esa manera y ponga sus ojos en el objetivo de ser parte del cuerpo de Cristo, y que pueda cumplir ese verdadero propósito con el que fue creado, mas allá de solo llevar una vida cómoda y bendecida.

Si por alguna razón usted nunca ha entregado su vida a Jesús y no dimensiona como es que Dios puede hacer una diferencia en su vida, éste es el mejor momento para hacerlo, es tan sencillo como hacer una pequeña oración en la que se declare hijo de Dios y permita que El sea su Señor y Salvador, aprenda que aunque Jesús a pesar de haber muerto y resucitado por todos nosotros, solo puede hacer efecto en nuestras vidas en el momento que le reconocemos en nuestro corazón y nazcamos de nuevo (espiritualmente) y seamos hechos hijos por adopción.

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