Hay quienes piensan que la sabiduría es algo directamente relacionado con la edad y esto es hasta cierto punto verdadero, ya que con el paso de los años vamos entendiendo los misterios de la vida, aprendemos de las personas que nos rodean y las circunstancias que nos suceden y acumulamos ese conocimiento y lo transformamos en sabiduría, pero esto no es una regla, hay quienes a pesar de los años lamentablemente nunca llegan a ser sabios, y les pasa «de noche» el cúmulo de conocimiento.

Ahora bien, creo y considero que la sabiduría es uno de esos atributos que tienen que ver con todo menos con nosotros, ya que si vivimos con sabiduría, lo mas probable que nos sucederá es que logremos inspirar a otros por nuestro caminar y beneficiarlos por medio de nuestra manera de vivir, por tal, la sabiduría tiene como principal característica el compartir, y esto es fácil de identificar, piense en cualquier persona sabia interpretada en las películas o bien alguien que conozca, siempre están compartiendo su conocimiento, siempre están dando buen consejo, siempre tienen paz y siempre tienen algo que dar a los demás.

Obvio, todos aspiramos a ser sabios y todos quisiéramos que en el tiempo que vistamos canas seamos sabios y las personas recurran a nosotros y podamos darles consejos que transformen las vidas y las maneras de pensar de muchos, aunque pocos lo persiguen como una meta, la mayoría hemos abrazado la imagen como una posibilidad en nuestro futuro, no lo cree?.

Al pensar en esto, me azota la terrible pregunta de por que esperar hasta la vejez para ser sabio?, es la única manera de serlo?, muy probablemente por nuestros propios méritos si, como simples mortales no habrá otra manera de hacerlo, pero afortunadamente Dios no espera que seamos simples mortales, ya que no somos de éste mundo, venimos y tenemos una identidad especial en Cristo y por medio de nuestra rendición ante El como nuestro Señor y Salvador y ser hechos hijos por adopción, recibimos un espíritu que es el que se comunica con Dios y es Dios por medio de su Espíritu Santo quien tiene la capacidad de inspirar sabiduría en nosotros y hablar con diligencia para transformar las vidas y las maneras de pensar de las personas y porque no, la nuestra también.

El Apostol Pablo en la primera carta a los Coríntios escribió acerca de los dones del Espíritu, es decir estos dones que Dios puede depositar en nosotros como extensión de su mano y para hacer su voluntad, estos dones son impuestos por Dios libremente y sin reglas, El los da a quien quiere, pero el principal requisito, es obvio que hayamos nacido de nuevo y recibido ese espíritu que se comunica con El y que tengamos un corazón dispuesto a servirle a El y a vivir una vida diferente, no religiosa, pero si sobrenatural.

Pablo empieza por describir que 2 dones que Dios puede depositar en nosotros es el don de la sabiduría, y el de las ciencias o bien hablar con mucho conocimiento, estos son 2 dones distintos, ya que el primero habla de la sabiduría de lo alto, de que los pensamientos de Dios pueden ser puestos en nuestros labios para efecto de bendecir y transformar a otros y el segundo tiene que ver con tener un entendimiento aumentado de las cosas de éste mundo, de adquirir una lógica que descifre cosas complejas y podamos aterrizarlas en frases sencillas.

Es asombroso que Dios pueda hacer esa diferencia en nosotros, si nosotros decidimos dejarnos usar por El, es asombroso que no importa la edad que tengamos, podamos ser aun mas sabios que cualquier anciano, ya que quien es mas avanzado en años que Dios?, y quien es mas sabio que El?, y como todo ese cúmulo de experiencia, sumado a su omnisciencia pueda fluir por medio nuestro, solo porque a Dios le place, o bien como todo el conocimiento de este mundo puede ser usado por Dios y pasado por nuestros labios solo para dejar en claro quien es el verdadero Dios y quien gobierna el universo y garantizar que toda rodilla se doble ante el verdadero Rey de Reyes.

Jesús al vivir entre nosotros fue un ejemplo de como vivir con sabiduría y conocimiento, lo aplicó en todas las áreas de su vida y lo dejó en claro, esto no es un atributo de El, es un ejemplo de lo que El puede hacer en nosotros si lo permitimos.

Esta mañana le quiero hacer una invitación especial, reflexione acerca de todo aquello por lo que se ha esforzado y en todo aquello que pasa alrededor suyo y no entiende y lo que tampoco puede controlar y póngalo en las manos de Dios, pero hágalo verdaderamente, entréguelo reconociendo, no solo que no lo puede resolver, sino reconociendo que aun su mente es demasiado limitada para entenderlo y reconozca que Dios puede darle ese entendimiento y esas ideas de como vivir, no solo prósperamente, sino en abundancia celestial, mas allá de su entendimiento y el mio y que será un don que no le será revocado, por el contrario, ensanchado y engrandecido a causa de dejar que El lo use en usted y que fluya ese espíritu de sabiduría y ese espíritu de ciencias que permitan impactar su propia vida y la de otros a causa de la majestad de Dios manifestada en usted.

Si por alguna razón usted nunca ha entregado su vida a Jesús y no dimensiona como es que Dios puede hacer una diferencia en su vida, éste es el mejor momento para hacerlo, es tan sencillo como hacer una pequeña oración en la que se declare hijo de Dios y permita que El sea su Señor y Salvador, aprenda que aunque Jesús a pesar de haber muerto y resucitado por todos nosotros, solo puede hacer efecto en nuestras vidas en el momento que le reconocemos en nuestro corazón y nazcamos de nuevo (espiritualmente) y seamos hechos hijos por adopción.

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