Cosa interesante es aprender de Dios y cosa fascinante es tener la plena seguridad que es El quien rige nuestras vidas, y note que no dije «que está en nuestras vidas», sino «rige nuestras vidas», pues hay una gran diferencia, aunque el común denominador es estar, pero permítame explicar un poco mas a fondo.

En casa de casi todas las personas hay un televisor, de hecho me asombra que ha ciertos hogares en los que no hay un refrigerador para mantener los alimentos frescos, pero si hay un televisor de gran tamaño, y no me quiero desviar por ahí, pero quiero hacer tangible el hecho de que un televisor es una de las cosas mas comunes que puede haber en nuestra casa, y el hecho de que haya un televisor en casa puede significar muchas cosas, el que nos entretenga y distraiga de rato en rato, el que tengamos una serie de programas favoritos que veamos con frecuencia o que literalmente pasemos cada instante libre pegados del aparato viendo cuanta cosa nos muestre.

El televisor puede llegar a regir nuestras vidas, hay personas que cambian su opinión acerca de ciertas cosas porque las vieron ahí, hay personas que cambian sus hábitos de consumo porque compran cada vez mas productos anunciados en la televisión, y así sucesivamente, o puede pasar como en casa de muchos otros que pasan incluso semanas sin que el aparato se prenda, mas el común denominador es que hay un televisor en casa de casi todos.

Así sucede con Dios, El esta en casa y en boca de casi todos, todos hablan de El, todos le piden en necesidad, y muchos incluso reniegan de El cuando las cosas no suceden como ellos quieren que suceda o cuando la adversidad les toca, pero depende al igual que del televisor la influencia que Dios pueda tener en sus vidas, las veces que realmente recurran a El, ya sea en su palabra, en oración, por medio de la alabanza, o simplemente en un tiempo a parte dedicado a El, aun sin tener que hablar.

Dios ha tenido un tiempo para estar entre nosotros por medio de sus 3 personalidades que a su vez son una, y este es el tiempo del Espíritu Santo, que es la única personalidad de Dios que nunca se va, que siempre esta entre nosotros, que está siempre alerta a nuestras oraciones y necesidades, es la personalidad que ejemplifica mejor el hecho de que Dios es omnipresente, y es tal su presencia que nos habla en todo momento y siempre quiere influir en nosotros para bendecirnos, solo que es decisión de nosotros el permitir que lo haga o no.

La cita del día de hoy es una de las partes mas conocidas de la Biblia, pero a su vez la una de las menos ejercidas, ya que habla de los dones que el Espíritu Santo pone en nosotros, es la parte donde Dios nos deja ver como es que actuará de maneras sobrenaturales por medio nuestro y que van mas allá de nuestro entendimiento, y quise dejar por separado la introducción a los dones, ya que ejemplifica un don interesantísimo, en el que nos da la capacidad de no maldecir a Dios.

Se que en este momento estará usted pensando en si alguna vez en realidad maldijo a Dios, y muy probablemente nunca haya dicho o pensado las palabras específicas de maldecirle, pero si ha renegado de El, creo que todos lo hemos hecho en alguna ocasión, y a lo mejor ha estado inconforme con algo que hizo en su vida o mas común aun, esta inconforme por algo que no hizo y a mi muy personal manera de ver las cosas, ha simplemente aplicado el término «Dios por algo hace las cosas», tratando de que no le afecte aquello que no entiende y tiene pereza de indagar.

Es mi opinión que todas las anteriores son una manera de maldecir a Dios, ya que muestran que en realidad no nos interesa que es lo que El piense acerca de nuestra situación y que tenemos un mejor concepto o mejor idea de lo que queremos o necesitamos para nuestras vidas.

Maldecir no significa solamente usar palabras duras, ofensivas o hirientes en contra de Dios, maldecir significa hablar o pensar mal de aquel que en realidad ha hecho todo por amor para  y por nosotros y que no lo reconozcamos y que nos llenemos de soberbia pensando que lo sabemos mejor que El.

Por tal me emociona leer la cita de hoy, ya que nos enseña que cuando Dios no solo está sino rige nuestras vidas, antes de darnos una capacidad, nos da una incapacidad, la incapacidad de maldecir a Dios, ya que no nos va a permitir quedarnos con la duda, sino nos va a exhortar a buscar e insistir acerca de la respuesta, o bien, si nuestra comunicación con el Padre es fluida, nos dará respuestas de constante de manera que veamos su mano y su intención en lo que sucede a nuestro alrededor, es cuando su voluntad de hace rema en nuestras vidas, es decir cuando tenemos un entendimiento mas allá del nuestro como seres humanos.

Jesús vino y pagó un precio caro por nosotros y vivió como hombre una carga que solo alguien como Dios en su personalidad de Dios puede soportar, y aun habiéndolo visto y dimensionado esto en el huerto de Getsemaní fue incapaz de renegar o maldecir a Dios, simplemente entendió una vez mas el propósito y el efecto eterno que su sacrificio tenía y siguió adelante, ya que el Espíritu Santo le había dado la incapacidad hacerlo.

Hoy en día podemos hacer muchas cosas según nuestro entendimiento, de hecho tenemos acceso a mucha más información que la que tuvieron las generaciones previas a nosotros, pero sabe una cosa, Dios es el mismo y el Espíritu Santo es el mismo, y nos da la misma capacidad de recibir respuestas y de hacer cosas sobrenaturales, como el no enojarnos y no ser apáticos ante la falta aparente de las respuestas de Dios y nos da esa incapacidad de renegar y maldecirle, ya que nos lleva a reconocer a Jesús en todo y de que manera pequeños sacrificios que pudiéramos llegar a hacer, serían insignificantes ante el gran sacrificio que hizo Jesús, pero de gran impacto en este mundo y a favor de la vida llena de plenitud para nosotros y los que nos rodean que nos promete Dios.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *