Es muy común escuchar decir «Dios por algo hace las cosas» y es igual de común aceptarlo cuando no se conoce a Dios, pero no nos damos cuenta de 2 cosas básicas para nuestra vida, la primera es que Dios puso a todos los hombres y mujeres de la Biblia para que nos sirvieran de ejemplo, y para que no se nos olvide que todos ellos salieron avantes y fueron victoriosos, ninguno se conformó con una «Dios por algo hace las cosas» y segundo, que Dios no guarda secretos, por eso un «por algo» no es una respuesta aceptable ni por Dios ni de Dios, es decir, Dios tiene siempre un propósito, pero nos lo quiere revelar, para que crezcamos y pasemos solamente una vez por cada situación y esto nos sea señal y testimonio de nuestro crecimiento espiritual y nuestro conocimiento de Dios.

Las enfermedades, son una desafortunada muestra de nuestro desconocimiento de Dios, y no pretendo juzgar ni poner en evidencia a nadie que esté enfermo, pero la Biblia nos promete que todos aquellos que creamos y seamos bautizados en el Espíritu Santo, tenemos autoridad para poner las manos sobre los enfermos y que estos sanen, no dice que es un don solo para unos cuantos con alta jerarquia dentro de una iglesia o denominación, tampoco dice que sea algo que los muertos puedan hacer, sino todo lo contrario, lo podemos hacer nosotros si es que tenemos fe y somos bautizados por nuestra fe en el Espíritu Santo.

Dios pretende que su mano en nuestra vida se note, y uno de los aspectos en los que anhela que suceda es por medio de nuestra salud, tanto física, emocional, económica, como espiritual, es decir nuestra salud es el reflejo de la voluntad de Dios en nuestras vidas.

Entonces que pasa con quienes están enfermos?, acaso les falta fe?, acaso están en pecado?, no, para nada, no tiene porque ser de esa manera, solamente sucede que esa parte de su vida no se la han entregado completamente  a Dios, es decir, no lo han dejado actuar a SU manera en ese aspecto de sus vidas y no le han permitido hacer su voluntad, no le han permitido que les revele su propósito y les muestre no tanto el porqué, sino el para que.

«Yahvé Rafá» (Yo soy tu sanador) es esa garantía y el nombre de Dios que podemos invocar en cualquier dolencia, ya sea física y emocional, es la parte del carácter de Dios que viene y hace sanidad en nosotros, nos consuela como necesitamos, nos pone ungüento, que tal vez pudiera arder, pero que tendrá un efecto permanente en nosotros y es una garantía de éxito sobre cualquier enfermedad.

En esta mañana le quiero invitar a reflexionar en algo específico, piense en Dios y vealo como un Dios vivo, que anhela compartirnos lo mejor de El, la vida eterna y deje de pensar que los muertos pueden interceder por usted para darle sanidad, no cree que si lo pudieran hacer a lo mejor ellos mismos aun estarían vivos?, no es nada contra las creencias de algunos, sino una invitación a hacer y ver las cosas a la manera de Dios y con el efecto que Dios promete a nuestras vidas.

Yahvé Rafá promete una vida en salud física, libre de depresiones y enfermedades del alma, por que no simplemente intentarlo?

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