Hace un poco mas de un par de meses decidí renunciar a mi trabajo, por un lado para descansar y por otro lado, porque tenía una profunda necesidad de pasar mas tiempo en presencia de Dios, no le puedo describir la sensación que sentí, ya que no es fácil simplemente por escuchar la voz de Dios el dejar el mejor trabajo que jamás he tenido y toda mi estabilidad económica por pasar unos días, unas semanas o unos meses en presencia de Dios, siendo que a mi propio juzgar, es algo en lo que debí poner un poco mas de empeño en hacer y listo, solo le puedo decir que lo que había dentro de mi era auténtico y estaba decidido a hacerlo, simple y llanamente así.
Lo más interesante del asunto, es que ese mismo día, solo unas horas después de haber tomado la decisión de renunciar a mi trabajo, había alguien ofreciéndome un nuevo trabajo, pareciera que esta persona supiera que iba a dejar mi actual empleo, inaudito!, pero así es Dios, en su momento solo lo tomé como una señal de que Dios me estaba hablando acerca de que no me preocupara y que mis finanzas están en sus manos y que no tenía de que preocuparme.
Días después, una oferta tras otra llegaba y no habían pasado mas de un par de días de haber anunciado que dejaría mi trabajo, y no le negaré, me emocioné con el hecho de sentirme codiciado y olvidé por un momento el objetivo de mi renuncia que era pasar un tiempo en presencia de Dios, a lo que tuve que hacer un alto en el camino, hablar cara a cara con Dios y ponerme a cuentas con El, y pedir su dirección en cuanto a tomar la mejor decisión, no para mi bien, sino en donde mejor pudiera servir a Dios, la respuesta no se hizo tardar, esa misma noche Dios me levantó a las 3 de la mañana, y me confirmó el trabajo que El necesitaba que yo tomara y al día siguiente me reuní, con el que hoy en día es mi jefe, le propuse la peor oferta de su vida, confiando en que llevaba el respaldo de Dios, le propuse tomar el empleo, comenzar la semana siguiente, por mientras aun entregaba mi actual trabajo, y después de pasar un mes trabajando para el, me tomaría un mes libre, cuando lo decía, no repetía otra cosa en mi cabeza que: «estoy loco, jamás aceptará, solo un milagro podría hacer que aceptara», mas para mi sorpresa de inmediato accedió, y en menos de lo que pensé, estaba ya mudándome a la ciudad que hoy me acoge, lo mas impresionante, es que desde el día que llegué a mi nuevo trabajo, mis jefes, día a día me recordaban que me iría un mes, que tenía que hacer cosas específicas antes de partir, ya que querían que de mi tiempo libre invirtiera lo menos posible en el trabajo y me enfocara a lo que iba a hacer.
Desde el momento que aborde el avión a mi primer destino, he podido experimentar la presencia de Dios tangible, no he podido pasar un minuto sin que El hable fuerte y firme a mi corazón y ha confirmado cada segundo que éste es el tiempo que El aparto para mi y yo para El.
La cita de hoy es un claro ejemplo de ello, Dios conoce nuestro corazón, El sabe que es lo que anhelamos, y nos ha prometido que todo su poder será usado a nuestro favor si le creemos, no hay nada que se pueda poner en nuestra contra, ya que todo lo puso a nuestros pies, aún a nuestro enemigo, es más, El puede doblar entendimientos y voluntades si decidimos serle fieles y creerle, todo depende de que es lo que queramos creer de El.
En este inicio de semana, le quiero invitar a pensar en aquello con lo que batalla, esa deuda, esa enfermedad, esa tristeza, ese vicio, que se yo, entienda que toda situación por la que atraviesa es parte de la creación de Dios y que ha sido puesta a sus pies, no porque lo merezca, sino porque a El le ha placido así, su sangre ya pagó por cada una de esas situaciones, ahora haga uso de ese amor y arrebate esa bendición que tanto ha estado esperando, confíe que así como las personas que me dieron trabajo, otras personas a su alrededor serán ese instrumento que Dios use para hacerle saber que es su voluntad lo que en su vida sucede y que no esta destinado al fracaso, sino al éxito y a las cosas asombrosas que solo pueden venir de parte de Dios.